Esta semana, la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile desarticuló una organización narcotraficante en Melipilla, encabezada por una joven de apenas 23 años, Natasha Moya Carrasco, conocida en el mundo delictivo como “La Reina del Tusi”. Moya quien fue detenida, lidera una banda conformada por dos hombres y dos mujeres, dedicados al tráfico de “tusi”, una droga sintética de alto poder adictivo, comúnmente mezclada con ketamina.
El subprefecto de la Bricrim de Melipilla, Víctor Muñoz Vilches, entregó detalles sobre el sofisticado modus operandi de la joven cabecilla. Según el oficial, Moya mantenía un perfil bajo y se esforzaba por evitar el contacto directo tanto con las sustancias ilícitas como con las armas, lo que complicaba su captura. “Ella trataba de no tener contacto directo ni con las drogas ni con las armas, para evitar una posible detención”, comentó Muñoz. Su rol principal consistía en gestionar la distribución de las dosis y recaudar el dinero obtenido de las ventas.
La PDI detalló que la organización criminal tenía una estructura bien definida y utilizaba tres propiedades distintas para sus operaciones. “Una casa era utilizada para acopiar y dosificar la droga, otra para guardar el dinero de las ventas y una tercera donde vivía la líder, siempre protegida por un guardaespaldas armado”, explicó el subprefecto. Además, se confirmó que la “Reina del Tusi” contaba con un sistema de radiocomunicación para mantenerse al tanto de los movimientos policiales y coordinar las actividades delictivas en los puntos de distribución.
El uso de guardaespaldas y medidas de protección era otra de las estrategias utilizadas por la banda para evitar ser descubiertos. “Cuando se trasladaba por la comuna, lo hacía junto a un guardaespaldas armado y protegido con chaleco antibalas”, añadió Muñoz. Además, indicó que durante el operativo, se incautaron dos pistolas y un revólver, los cuales se encontraban en una caja en el domicilio de Moya, además de grandes cantidades de droga y dinero en efectivo.
Tras la formalización, los cuatro integrantes de la banda fueron puestos en prisión preventiva, acusados de tráfico de drogas y porte ilegal de armas. La investigación continúa en curso para determinar si existen más personas vinculadas a esta red criminal y asegurar que no sigan operando en la zona.
