Cuando se habla de Mompox es imposible no dejar de pensar en las mariposas amarillas, el realismo mágico y en el Macondo de Gabriel García Márquez. En la tierra donde Manuelita Saez se enteró de la muerte de Simón Bolívar. Pero sin duda, es imposible hablar de Mompox sin hacer un elogio al arte de la filigrana, la música y la cultura que se extienden por sus calles.
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Como lo dicen los libros de historia, los ríos en el país han sido indispensables para lo que fue el inicio y posterior desarrollo de las mismas, y Mompox no es la excepción. El pintoresco pueblo a las orillas del Río Magdalena tiene una historia exquisita, ya que ha sido una mezcla de sonidos, de culturas que se fue arraigando en la ciudad con el paso de los siglos, pues inicialmente pues los indígenas malibú que estaban en la región llegaron a tener su propia música, ritmos que se han heredado en la zona, y lo que es El Banco Magdalena, y Tamalameque, de todos esos indígenas, mompox heredó la cumbia. Luego, con la migración africana, los esclavos le añadieron sus propios sonidos como el chandé, y a partir de ahí, una variedad de ritmos.
La colonia española, Nueva Orleans y el jazz en Mompox
En el periodo colonial cuando los españoles fundan Mompox, en ese intercambio comercial por el río Magdalena, y su posición estratégica, fue lo que hizo que los españoles fundaron la ciudad de dicha manera, y teniendo de vecinos al Río Cauca y el Río Cesar hizo que el pueblo se convirtiera en un centro comercial muy importante. Más allá del comercio, entre todo lo que llegó de Europa, llegaron sonidos como la polca, la mazurca, el vals, y el danzón, siendo estos dos últimos los que más se quedaron en los locales.
Lo que hoy es el centro histórico, y además de añadirle una arquitectura europea a sus casas, se y comenzaron a escuchar estos sonidos, haciendo la cumbia y otros sonidos más locales fueron relegando poco a poco hacia los barrios y los corregimientos, tanto así que los músicos momposinos a raíz de dichas partituras que llegaron al puerto, comenzaron a hacer su propia música europea con un ritmo un poco más caribe, que hoy en día se utilizan en algunos eventos que se realizan en la ciudad como eventos sociales, y las marchas de Semana Santa. Entrando el siglo XX, con la llegada del radio, llegan muchos sonidos de otros lados, se asientan en Mompox familias que venían de Centroamérica, específicamente muchas venían como de Jamaica y toda esa zona con nuevos sonidos, nuevas músicas, entre ellos el blues, el jazz y otros. En los años 70 y 80 hubo un grupo en Mompox una agrupación que se llamó la Jazz Band, haciendo que estos ritmos no sea una relación de hace solo diez años, sino de toda una adaptación que terminó siendo parte de la cultura e identidad momposina.
Esta autora quiere creer que quizá existe una razón más profunda sobre la aceptación del jazz como género musical en Mompox, y es que al nacer en Nueva Orleans y Luisiana en Estados Unidos por esclavos africanos, al llegar dichas partituras o música, los locales conectaron con sus ancestros y lo que buscaban decir a través de la música. Así que en la celebración de los 10 años del Festival de Jazz de Mompox, no solo se disfruta la música, sino que es un recordatorio de lo que es Mompox, y de lo que tiene por ofrecer.
