Hace más de 40 años, Rocío Luna Flórez, oriunda de Magdalena, se destacó en el certamen de belleza Miss Mundo, logrando el puesto de primera finalista. Su belleza, porte, carisma e inteligencia la hicieron destacar en el prestigioso concurso “Grand Slam”. Tras este logro, Rocío decidió dedicarse a su profesión de doctora en Colombia y construir una familia junto a su esposo y sus tres hijos.
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Entre sus descendientes, su hija Angélica Perdomo Luna ha llamado la atención por ser considerada “una copia” suya debido a su porte y hermosa sonrisa. Angélica se ha destacado en el campo del derecho, especializándose en arbitrajes internacionales comerciales y de inversión. Ha trabajado como secretaria en tribunales bajo las reglas UNCITRAL y CCB, y ha apoyado arbitrajes en sectores como el energético, minero y de infraestructura.
Graduada de la Universidad del Rosario, Angélica fue becada durante toda su carrera y recibió un reconocimiento a la Excelencia Académica. Participó de manera destacada en competencias internacionales como el Philip C. Jessup Moot Court Competition y el Foreign Direct Investment Moot. Además, cuenta con una especialización en Derecho de los Negocios Internacionales de la Universidad de los Andes y es parte de la lista de ITAFOR Contributors.
Además de su brillante carrera legal, Angélica ha compartido en plataformas digitales su gusto por la filosofía, el ajedrez y la educación. Esta combinación de intereses refleja una profunda dedicación tanto a su desarrollo profesional como personal.
Rocío Luna, orgullosa de su hija, ha compartido fotos de Angélica en sus redes sociales, recibiendo elogios por el notable parecido entre ambas. “Dios, es ver a la madre en su época de reina, nuestra bella virreina nacional y mundial”; “Wow, hermosa como su madre”; “Qué niña tan bella, próxima Srta. Colombia”; “Es una copia de su bella mamá”, comentaron los usuarios.
Angélica Perdomo Luna no solo ha heredado la belleza y elegancia de su madre, sino que también ha forjado un camino propio en el ámbito profesional, demostrando que el talento y la dedicación son características que se llevan en la sangre.