El próximo jueves 30 de mayo a las ocho de la noche, serán subastadas más de 120 obras de arte colombiano y latinoamericano, moderno y contemporáneo, en la primera casa de subastas de Colombia, Bogotá Auctions, que en este 2024 celebra 10 años de existencia, una década de profesionalización, experiencia, transparencia y compromiso que la ha llevado no solo a construir una red de fieles coleccionistas nacionales e internacionales, tanto privados como institucionales, sino también a cumplir de manera impecable su tarea como dinamizadora del mercado del arte y como plataforma para ubicar a Colombia en la escena mundial de las subastas.
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Con ocasión de su décimo aniversario, Bogotá Auctions ha preparado una subasta muy especial. El catálogo retoma el formato tradicional de las subastas: una selección de piezas basadas en un alto nivel de calidad y en criterios histórico-artísticos. En esta oportunidad, el conjunto se destaca por la presencia de un elevado número de piezas de gran valor histórico, pertenecientes a diferentes épocas. Obras de Fernando Botero, Beatriz González, Alejandro Obregón, Olga de Amaral, Delcy Morelos, Pablo Picasso, Luis Caballero, Joan Miró, Jesús Rafael Soto, Fernando de Szyszlo, Darío Morales, Álvaro Barrios, Luis Luna, Maripaz Jaramillo, Antonio Caro, Ana Mercedes Hoyos, Luciano Jaramillo, Édgar Negret, Gonzalo Ariza, Jim Amaral, Juan Antonio Roda, Saturnino Ramírez, Manuel Hernández, Enrique Grau, Rufino Tamayo, Jesús María Zamora,Guillermo Wiedemann, Nadín Ospina, Leo Matiz, Omar Rayo, Ignacio Gómez Jaramillo, Pedro Alcántara Herrán, Ricardo Gómez Campuzano, Leopoldo Richter, Freda Sargent, Bernardo Salcedo, Hugo Zapata, entre otros grandes de la plástica.
De acuerdo con Alessandro Armato, experto director del Departamento de Arte de Bogotá Auctions, “la sección de paisaje, género por medio del cual el arte moderno entró a Colombia, incluye piezas de diferentes épocas y estilos: desde el paisajismo más tradicional de artistas como Jesús María Zamora y Ricardo Gómez Campuzano, hasta los sofisticados paisajes “modernistas” de Marco Ospina y Antonio Barrera. La generación de artistas nacionalistas activos en la primera mitad del siglo pasado está representada por una preciosa acuarela de resonancias cezannianas de Carlos Correa, fechable entre 1940 y 1950, dos trabajos de Pedro Nel Gómez (una canasta de mangos y un gran lienzo de tema autóctono) y tres trabajos, dos de sujeto popular y uno neoprehispánico, de Luis Alberto Acuña. Al arte de talante nacionalista, se pueden asociar también un suntuoso desnudo femenino sobre un fondo de paisaje de Ignacio Gómez Jaramillo y el sintético “Pensador” de Jorge Elías Triana”.
Entre la generación de los grandes maestros del modernismo colombiano, se destaca el Cristo atado de Enrique Grau, una importante obra del periodo formativo del artista. De esta pieza, Alejandro Obregón dijo que tiene “un vigor extraordinario” y que es “un cuadro noble por su directa interpretación y por la plasticidad de sus valores”. Muy rara en el mercado y de encantadora belleza es luego una mujer afroamericana pintada al óleo por Guillermo Wiedemann en 1955. Por elegancia de la línea y valores constructivos y pictóricos, la pieza refleja los mejores resultados alcanzados por el artista alemán en su original interpretación plástica del trópico colombiano.