Lina Tejeiro demostró que sabe sacarle el lado positivo a las situaciones negativas al contarle a sus seguidores la lección aprendió luego de la incómoda experiencia que le dejó su más reciente operación, dejando ver que más allá de enfocarse en lo complicado, terminó sacándole provecho al momento.
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La actriz estuvo complicada de salud las últimas semanas, mostrándose notablemente afectada por las secuelas que le dejaron los biopolímeros que se había aplicado en los glúteos años atrás. A través de sus historias y de algunas publicaciones mantuvo al tanto a sus seguidores sobre el procedimiento hasta que finalmente pudo salir del centro médico.
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Afortunadamente para ella, todo parece haber salido bien en su intervención, mostrándose más alegre y con un semblante más enérgico, dejando ver que su estado de salud se encuentra óptimo. Pero Lina Tejeiro no solo se siente afortunada por el buen desenlace de esta situación, sino también de la lección que aprendió durante esta última intervención.
En una serie de historias de Instagram, la joven explicó que durante la primera cirugía aprendió a aceptar las cosas como se presenten, sin perder tiempo y esfuerzo en enojarse, abordándolas con un punto de vista positivo.
Y en esta oportunidad también logró sacar otra enseñanza, aprendiendo más sobre la paciencia y el poder de la curación: “todo lo que nos duela vamos a poderlo sanar, siempre y cuando tengamos la mejor energía y la mejor actitud para lo que esté sucediendo”.
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Lina Tejeiro destaca este aprendizaje a propósito de una situación que vivió en su última intervención, indicando que tuvo un retroceso con su proceso de sanación ya que su piel no quería terminar de cicatrizar, motivo por el cuál su médico debía realizar un procedimiento específico al que la actriz le tenía cierto pavor. “No, no me lo ponga. Yo voy a pegar”, le dijo la joven al doctor.
Pero al ver que después de una semana no habían resultados positivos, el experto médico le indicó que tendrían que seguir adelante con el procedimiento que ella quería evitar.
”Tenía dos opciones: o frustrarme y sentir que estaba retrocediendo, o aceptarlo, vivir el proceso y entender que la vida es como es, y si esto me está pasando a mí es porque me tenía que pasar. Y no es ‘por qué me pasó esto a mí', sino ‘para qué me pasó esto a mí'. Seguramente me pasó para aprender mucho sobre el amor propio, para ser el referente de muchas mujeres que están pasando por esta misma situación, y prefiero verlo de esa manera”, concluyó Tejeiro.