Ser una persona diferente para muchas personas es bastante difícil, tener que lidiar con ser único o única en algo en particular puede representar que miles de ojos se posen encima y los comentarios no falten, aunque si se sabe aprovechar la situación se pueden tomar ventajas y usar ese reconocimiento para que las ideas se conviertan en realidad, hacer negocios, promover campañas sociales, en fin.
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Rumeysa Gelgi de 25 años fue nombrada como la mujer más alta del mundo el año anterior por el Guinness World Records al tener 2 metros, 15 centímetros y 6 milímetros de altura, este nombramiento hizo que la mujer sea reconocida mundialmente y ahora sea invitada a muchos eventos en los que la ha vinculado la organización, en ellos además de darse a conocer también puede hablar de su condición de salud llamada síndrome de Weaver, la que provoca que sus huesos crezcan de manera excesiva razón por la cual tiene esta altura, aunque también le trae algunos problemas físicos que la obligan a movilizarse en silla de ruedas o con caminador.
Sin embargo para ella esto es algo llevadero “Ser diferente no es tan malo como crees. Puede traerte un éxito inesperado”, dijo en su momento durante una entrevista “Personalmente, creo que las diferencias y otras características que parecen una desventaja pueden convertirse en ventajas si lo deseas y te esfuerzas por lograrlo, eso es exactamente lo que hice”.
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A pesar de la buena actitud hay cosas que se tornan un poco más difíciles para la mujer, entre ellas viajar en avión, en su caso en particular por primera vez en su vida. Gelgi quiso seguir sus estudios superiores en desarrollo del software en Estados Unidos y eso la obligaba a desplazarse de su natal Turquia en avión. Viendo las dificultades que implicaba para ella hacer esto, la aerolínea Turkish Airlines decidió modificar uno de sus aviones comerciales retirando 6 sillas de la clase económica reemplazándolos por una camilla, de esta manera lograron que la mujer viajar acostada todo el vuelo (de 13 horas) hasta llegar a San Francisco.