Hay que tener cuidado en qué lugar se hacen los piercing, pues no se sabe en qué descuido pueda terminar en otro lado no deseado. Fue el caso Joey Likins que presentó una tos terrible y decidió acudir al doctor para que lo revisaran, para encontrarse con la sorpresa de que no se trataba de ninguna neumonía.
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Pero no ha sido el único caso en donde se han encontrado cuerpos extraños incrustados. Hace algún tiempo, un hombre se dirigió a urgencias porque no podía respirar de forma correcta. Todos pensaron que se trataba de la edad, pero resulta que le encontraron una moneda incrustada en la fosa nasal.
Según lo que dijo el señor, recordó que cuando era niño se introdujo dicha moneda, pero no dijo nada para que sus papás no lo regañaran y ya luego se le olvidó, ¿a quién se le puede olvidar dicho detalle?
En este caso, pudo haber sido peor, pero no lo fue. Debido a la tos que presentó, los doctores decidieron hacerle exámenes y unas radiografías.
Para sorpresa de todos, lo que estaba causando la molestia de respiración y de tos, se debía a un piercing que estaba incrustado en uno de sus pulmones. Según recuerda el hombre, había perdido la joya hace cinco años y cree que terminó en uno de sus órganos en una noche dormido.
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Los médicos no podían entender por qué hasta ese momento no había presentado más problemas de salud, pero supusieron que se debió al movimiento de la joya, lo que causó la tos.
El chico tuvo que ser intervenido por medio de una broncoscopia, es decir, introdujeron un tubo en su garganta. Afortunadamente, Joey Likins, de Cincinnati, no tuvo complicaciones y pudo salir bien de aquel procedimiento sano y salvo.