En sus primeras audiciones, son varios los niños los que han llegado al diamante de La Voz Kids para emocionar al público y al jurado con sus poderosas voces e historias. La noche de viernes no fue una excepción, pues los entrenadores oprimieron el botón en varias ocasiones y trajeron nuevos talentos a sus equipos.
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Uno de los niños que emocionó en el escenario fue Jerónimo, de siete años de edad, quien expresó que su pasión era la música, especialmente la del género ranchero.
“Me gusta la ranchera, siento felicidad cuando canto. Quiero estar aquí porque es mi sueño y que mucha gente me vea y también mi abuelito que está en el cielo”, fueron las palabras del niño antes de agarrar el micrófono.
Por su parte, su madre contó que Jerónimo era un niño muy despierto y que hacía muchas preguntas y tenía muchas ganas de aprender. En medio de su relato, la mujer no aguantó las lágrimas al contar que el menor no tiene la oportunidad de compartir con sus abuelos.
“Pregunta más y más y le da muy duro porque dice que no tiene abuelitos. A mi papá lo mataron por robarle una organeta”, dijo ante las cámaras.
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Asimismo, expresó que Jerónimo le recordaba a su padre y que sentía que su presencia es un regalo. “Jero me recuerda completamente a mi papá. Es como si Dios me diera la oportunidad de disfrutar de la compañía de mi papá a través de él”, añadió.
Luego de su presentación en la tarima, los jurados tomaron la decisión de no girarse. Sin embargo, en una invitación especial, le pidieron a Jerónimo que se sentara en la silla de Cepeda y que cumpliera un papel como jurado. Ante el ofrecimiento, el niño se acomodó en la silla giratoria y, muy emocionado, oprimió el tan famoso botón rojo.
