Una de las series de estreno en Netflix que no tiene desperdicio es Intimidad, la cual ha impactado a muchos con una trama apegada a la realidad actual: el calvario que sufren las mujeres cuando divulgan sin autorización su contenido sexual.
Esto se muestra alrededor de la figura de la concejala Malen Zubiri, que tras liberarse el material grabado sin su consentimiento, empieza a experimentar los estragos en su vida profesional y personal.
Su partido la aparta del objetivo de ser alcaldesa, su marido se va de casa y su hija comienza a sufrir acoso en el instituto. Aunque a cualquiera le gustaría creer que se trata de mera ficción, es la representación del ‘slut shaming’ que a miles les ha tocado padecer.
Ese término hace referencia al acto de culpabilizar a la mujer por ser un ser sexual. Por disfrutar del sexo, mostrarse sexy o simplemente practicar sexo, como si fuese algo anormal. Pero además, en el caso de las víctimas, el duro impacto de que se vulnere la privacidad y además de sentirse agredidas, expuestas.
No obstante, Intimidad y Netflix no solo quieren que veamos a aquellas mujeres que con el apoyo de sus seres queridos, capital económico y social logran hacerle frente a este proceso, sino también a las menos favorecidas.
Como Ane, que es una trabajadora de una fábrica a punto de irse a quiebra, que tiene problemas de salud mental y vive más precaria en lo material. La única salida posible que vio fue quitarse la vida y ahora su hermana busca hacerle justicia.
Tal como nos recuerda Vogue, todas las mujeres vivimos con el miedo constante de ser víctimas de una filtración de este tipo por el castigo social con el que se paga, producto de la sociedad con raíces machistas en las que aún vivimos.
En definitiva, es una producción del gigante de streaming que busca visibilizar y sensibilizar en torno al tema, en la época donde el internet ha trastocado hasta lo más íntimo de las personas, dando origen ante ello la creación de Ley Olimpia y similares.
