En enero, una de las historias de amor más románticas de Hollywood llegó a su fin. Jason Momoa y Lisa Bonet anunciaron que habían decidido terminar su matrimonio después de 16 años juntos.
Sin embargo, en los últimos días corrió el rumor de que lucharían por su relación.
“Todos hemos sentido la presión y los cambios de estos tiempos de transformación... Se está desarrollando una revolución y nuestra familia no es una excepción... sintiendo y creciendo a partir de la se están produciendo cambios sísmicos. Entonces, compartimos nuestras noticias familiares de que nos estamos separando en matrimonio”, se lee en el comunicado que emitieron a principios de año.
Y continuaron diciendo que su amor seguiría evolucionando. “Compartimos esto no porque creamos que es de interés periodístico, sino para que, a medida que avanzamos en nuestras vidas, podamos hacerlo con dignidad y honestidad. El amor entre nosotros continúa, evolucionando en las formas en que desea ser conocido y vivido. Nos liberamos unos a otros para ser quienes estamos aprendiendo a ser... Nuestra devoción inquebrantable a esta vida sagrada de nuestros hijos. Enseñar a nuestros hijos lo que es posible. Viviendo la Oración. Que el amor prevalezca. J & L”.
A través de sus palabras, Momoa y Bonet dieron a entender que a veces las separaciones son necesarias, especialmente si es para que ambas partes trabajen en mejorar.
Cuando una pareja se casa o busca formar una vida juntos, lo último que pasa por su cabeza es un divorcio o separación. Sin embargo, conforme avanza el tiempo y van trabajando en alcanzar sus metas, pueden encontrar diferencias significativas.
En 2019, Momoa hizo unas declaraciones a la revista People respecto a su esposa, con lo que dio a entender que hasta ese punto, eran el complemento perfecto.
“Mi mujer es simplemente maravillosa y creo que el hecho de que también sea una madre fabulosa es lo que termina de convertirla en una obra de arte. Y he decir que no todo el mundo conoce su lado más excéntrico. Me hace reír muchísimo con sus ocurrencias y la verdad es que en ese sentido congeniamos a la perfección”, dijo.
Las personas cambian, crecen, desarrollan nuevos intereses o toman caminos profesionales que los llevan en una dirección que nunca imaginaron.
Y aunque ninguno de estos son excusas para el divorcio, a menudo son parte de la causa.
Si bien ni los hijos ni las expectativas sociales deben ser una razón para permanecer en una relación que no funciona, sí hay situaciones que pueden llevar a una reconciliación.
A veces, las separaciones ayudan a que las parejas tengan la oportunidad de ver cómo es vivir de forma independiente y permite que ambos resuelvan problemas personales que pueden estar afectando la relación.
Elegir separarte es extremadamente difícil, pero puede ser necesario para la salud mental y crecimiento personal de ambos.
¿Cómo saber si intentar una separación es lo correcto?
La respuesta corta es que no lo sabrán hasta que lo hayan intentado.
Puede que tú o tu pareja se sientan que podrán mejorar su calidad de vida estando separados. Quizá ya no pasan tiempo juntos o han perdido interés romántico o sexual en el otro. A veces los objetivos cambian y dejan de ser compatibles.
Pero si creen que entre ustedes aún hay amor y se puede encontrar una solución, pueden intentar trabajar por separado para después hacerlo juntos.
Estos son los factores que pueden llevar a una reconciliación exitosa.
SI bien ni Jason ni Lisan han dado declaraciones oficiales de su regreso, nos ponen a pensar en las condiciones que ayudan a que una segunda oportunidad funcione.
Establecer límites. Los límites son necesario en toda relación saludable ya que estos definen la responsabilidad que tiene cada quién dentro de la relación. También impulsa a una mejor comunicación.
Honestidad. Esto implica que ambos deben ser claros respecto a sus emociones. Si son honestos, serán capaces de encontrar soluciones a los problemas que antes los detenían.
Responsabilidad afectiva. El error que muchos cometen es el proyectar sus sentimientos en los demás, haciéndolos responsables de sus emociones. La responsabilidad afectiva ayuda a que cada uno enfrente sus emociones y solucione sin culpar al otro.