Uno de los partidos más atractivos de la jornada, sin duda, era la visita del Junior de Barranquilla al Estadio Departamental Libertad del Pasto, una plaza donde históricamente le ha costado a los tiburones por la altura y que, tal y como estamos viendo, sigue siendo campo hostil para aquellos que van desde el nivel del mar. Eso sí, se vio una mejoría en el funcionamiento de los dirigidos por César Farias después del empate anotado por Cariaco González desde el punto penal, pero el juego aéreo ha sido su mayor debilidad, siendo la mayor arma de los locales que ya consiguieron dos anotaciones desde esta herramienta.
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Sin duda, este ha sido uno de los mejores primeros tiempos de toda la jornada, con cuatro goles y con dos elencos decididos a hacerse daño sobre el campo, aunque, con muchos errores y curiosidades que se han robado el show. La más particular fue la lesión que sufrió el árbitro Carlos Ortega, quien, luego de sancionar una falta, se acercó corriendo al lugar de la infracción, sufriendo una fuerte torcedura de tobillo que lo tiró al piso en el momento y que encendió las alarmas de los colegiados, quienes comenzaron a calentar para reorganizarse en caso de que el central no pudiera continuar.
A pesar de esto, parece que Ortega se pudo recuperar en el momento y decidió seguir con su trabajo, aunque con una notoria molestia en su pierna después del accidentado momento que sufrió y que no es nada común dentro del fútbol. Se espera que el central salga a la segunda parte con algún vendaje y que pueda terminar de pitar este importante partido que, por el momento, le ha dado bastante trabajo por la fricción, los goles, el penal y los choques de dos clubes que salieron con el cuchillo entre los dientes por los tres puntos.