Uno de los cambios más importantes que ha implementado la CONMEBOL en los últimos años para el fútbol del continente es la final única en sede neutral para las dos competiciones internacionales. Esto, siguiendo los pasos del fútbol europeo, donde la Champions League, la Europa League y la Conference League cuentan con este modelo para el juego definitivo que define a los campeones, aunque con la diferencia de que el poder adquisitivo de las personas del viejo continente es mucho mayor que el de los sudamericanos, quienes presentan mayor dificultad para realizar viajes entre países, más allá de la pasión que pueda despertar un equipo de fútbol.
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A pesar de esto, para el máximo ente del fútbol sudamericano es inviable retornar a lo que diferenciaba nuestros torneos de los europeos, cuando las finales eran a ida y vuelta, con estadios llenos e hinchas contentos al ver a su equipo competir por la gloria eterna. Aunque, eso sí, el poder ver estadios diferentes y que la economía se centre en un solo país durante la disputa de la final, tanto de la Libertadores, como de la Sudamericana, tiene uno que otro factor que puede ayudar al desarrollo del fútbol en el continente, el cual ya está bastante quedado con el de sus símiles en el viejo continente.
Eso sí, aunque la idea es repartir estos importantes partidos entre todos los países del continente, por ahora se había visto una notoria preferencia con Brasil y Argentina, que al parecer llegaría a cambiar para el otro año, ya que otros países como Uruguay, Paraguay, Ecuador y Colombia lanzaron su candidatura para ser sedes de uno de los dos juegos definitorios, que son los más importantes del año en Sudamérica. Por el lado de nuestra nación, el estadio sugerido fue el Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla, mismo que albergaría una de estas finales en el año 2026.
