Atlético Nacional sigue presenciando el cada vez más evidente divorcio entre su afición y sus directivos que se sintió con más fuerza que nunca para el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa Colombia ante Águilas Doradas.
Si bien el cuadro Verdolaga se impuso 2-1 con tantos de Óscar Perea y Dorlan Pabón, mientras que José Cuenú puso el tanto del equipo Dorado, y se clasificó a la semifinal, la noticia no pasó tanto por lo deportivo.
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Las graderías del estadio Atanasio Girardot lucieron muy vacías, con muy poco público y como no se veía hace muchos años.
Hinchas de Nacional les dejaron el estadio vacío a los directivos
Reconocida como una de las aficiones con mejores promedios de asistencia en las últimas décadas del fútbol profesional colombiano, ahora la consigna en medio de su protesta contra los directivos es el no asistir al escenario deportivo con el fin de que sientan el desprecio de sus propios seguidores y repercuta en la parte económica.
Para el duelo de cuartos de final de Copa Colombia, solamente asistieron 7116 personas, según el dato oficial dado por el club. No se especifica cuántas de esas fueron pagando, ya que en los últimos juegos han aumentado las boletas de cortesías y los ingresos de varias escuelas de fútbol de la región.
Una entrada tan baja en el estadio Atanasio Girardot, con Nacional de local, no se daba desde hace más de 10 años, también por Copa, exceptuando los partidos postpandemia con aforo limitado.
Además, fue la primera ocasión en más de 25 años que la barra más popular del club, Los Del Sur, no asistió en masa para un encuentro con tribuna habilitada. En dicha tribuna resaltó una pancarta que cita: “Al verde lo hace grande su hinchada”.
Los propios hinchas de Nacional han hecho eco de la baja asistencia al estadio que es el propósito por el que están unidos ahora hasta que se presenten cambios en la directiva.
¿Qué pelean los hinchas de Nacional?
El principal desgaste es contra tres personajes, pero quien mayor incomodidad ha generado en la mayoría de la afición, según sus publicaciones en redes sociales, es Benjamín Romero, vicepresidente ejecutivo del club e hincha confeso de Millonarios, rival histórico. Los hinchas no comparten muchas decisiones y restricciones que se han tomado desde que él llegó.
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También están en la mira el presidente, Mauricio Navarro, por varias de sus determinaciones y la otra cabeza evidente contra las protestas es la de Carolina Ardila, hija de Antonio José Ardila, propietario del club, por su empresa Elite Player que representa jugadores y apuntan que solo se busca beneficiar a jóvenes talentos de allí, por encima de los intereses deportivos de la institución.
Además de ellos, hay otros empleados con cargos secundarios que han colmado la paciencia de la afición en masa y hasta denuncias por racismo se han generado contra ellos sin que exista alguna medida ejemplar desde el club.
Por ahora, los aficionados dieron un golpe certero para hacer sentir todo su inconformismo y no llevarle ingresos a un club cuyos directivos no los están representando. Ya se debe estar sintiendo en los ingresos del club la pelea. ¿La Organización Ardila Lulle seguirá priorizando a unos directivos por encima de sus miles de aficionados y los ingresos que representan?