Como si fuera un talismán, cada que Ángel Di María anotó gol en una final con Argentina, su seleccionado terminó siendo campeón. El ‘Fideo’ lo hizo en los Juegos Olímpicos de 2008 para vencer a Nigeria, luego marcó en la final de la Copa América de 2020 en Brasil, en la ‘Finalísima’ ante Italia y por último, lo hizo ante Francia en la final de Qatar 2022.
PUBLICIDAD
Sin duda, a sus 34 años, el ‘Fideo’ ha cosechado una gran carrera, en la que ha vestido las camisetas de históricos clubes de Europa como el Benfica, el Real Madrid, el París Saint-Germain y ahora, la Juventus de Italia. Más allá de esto, no todo fue tan sencillo en la vida del rosarino y así lo relató en una carta publicada por el medio ‘The Players Tribune’ en 2018, denominada ‘Bajo la lluvia, en el frío, de noche’.
Vea acá: Ni Antonella ni Agüero: Messi amaneció muy bien acompañado y las redes explotaron
La anécdota de Di María en la previa de un partido frente a Atlético Nacional
En el artículo, Di María explica los inconvenientes que tuvo durante su niñez y juventud para luego alcanzar la gloria. Su padre trabajaba con carbón y lo hacía en su casa, incluso, teniendo la ayuda de Ángel y su hermana, que apenas eran unos niños.
Otro punto clave de la historia y que además le da el nombre a la misma, fue la labor de su madre: Diana Carreño. El atacante cuenta que ella lo transportaba en bicicleta, la cual llamaban ‘Graciela’ y que le servía para llevar a su hijo a los campos de fútbol en los que entrenaba, sin importar el clima, si era de noche o si debían pasar por barrios peligrosos.
Vea también: Mujer que cantó el himno de Argentina fue acosada en la tribuna del estadio de Qatar
En cuanto a la anécdota con Atlético Nacional, cuenta Di María que poco tiempo después de debutar, en el año 2006 Rosario Central enfrentaba a Atlético Nacional en la Copa Libertadores. Como en Rosario no había aeropuerto internacional, a los jugadores del ‘Canalla’ les tocó viajar en un avión de carga, por lo que no fueron cómodos en asientos, sino en algunos colchones y con unos auriculares para que no les afectara el fuerte ruido de la aeronave.
PUBLICIDAD
Incluso, en el momento del despegue, cuenta Ángel que todos terminaron en la parte de atrás por el impacto.
Nunca me voy a olvidar cuando nos tocó jugar un partido de Libertadores en Colombia contra Nacional de Medellín. El avión no es el mismo que cuando estás en la Premier League o en La Liga. Ni siquiera es el mismo que cuando jugás en Buenos Aires. Por entonces, Rosario no tenía aeropuerto internacional. Te presentabas en ese pequeño aeropuerto, y el primer avión que estuviera ese día era al que te subías. No hacías preguntas.
Así que nos presentamos para ir a Colombia… y en la pista había uno de esos aviones enormes de carga. ¿Viste esos que tienen una rampa atrás, en los que suben autos y containers? Bueno, ese era nuestro avión. Un Hércules.
Bajan la rampa y ahí los trabajadores empiezan a cargar colchones. Y los jugadores nos mirábamos entre nosotros como diciendo… ¿¡Qué!?
Y nos subimos al avión, y los de mantenimiento que nos dicen: “No, ustedes van atrás, chicos. Acá tienen, usen estos auriculares”.
Nos tuvieron que dar esos protectores auditivos gigantescos que usan los militares para tapar el ruido. Nos subimos y había algunos asientos y los colchones para que nos sentáramos. Por 8 horas. Para un partido de Copa Libertadores. Cerraron la rampa y se puso todo negro. Y ahí estábamos nosotros, en los colchones, con los cosos estos sobre las orejas, casi sin poder escucharnos a nosotros mismos. Y el avión empieza a carretear, y nos empezamos a mover, y después, en el despegue, nos vamos todos para atrás, y uno de los compañeros grita: “¡Nadie toque el botón rojo! ¡Si se abre esta puerta, nos vamos todos a la mierda!”.
— Ángel Di María
El duelo en el Atanasio Girardot terminó con un marcador de 1-0 a favor del ‘Verdolaga’ con un tanto del defensa Carlos Díaz. Di María ingresó apenas al minuto 69 en lugar de Diego Calgaro.