Atlético Nacional se consagró como el gran campeón del fútbol colombiano al imponerse 4-3 en la serie global a Deportes Tolima, luego de caer 2-1 en el juego de vuelta en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué.
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El cuadro de Ibagué necesitaba hacer respetar su casa e imponerse al menos por dos goles para igualar el marcador global, tras el 1-3 en la ida, o por más para quedarse con el título sin la agonía de los penales.
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Pensando en ello, Hernán Torres revolcó la nómina y envió sus mejores armas ofensivas de arranque en busca de la remontada. Por el lado de la visita, la única novedad fue la inclusión de Andrés Andrade por Yeison Guzmán, el ‘Arriero’ dejó claro que iba a esperar.
Y así fue, Tolima fue una tromba y desde el primer minuto ya estaba pisando predios rivales.
La noche negra de Olivera
El argentino que fue un bastión en la campaña del cuadro antioqueño vino a tener su partido malo en el juego definitivo.
La suerte no lo acompañó y en el minuto 18 terminó desviando la pelota sobre su propio arco, luego de un potente remate cruzado de Júnior Hernández que le ganó por la banda izquierda de ataque a Dorlan Pabón. Emanuel intentó desviar el disparo y efectivamente lo hizo, solo que rumbo a su propio arco (18′).
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Olivera volvió a sufrir en el segundo tanto del ‘Vinotinto y Oro’ cuando Juan Fernando Caicedo lo anticipó en el corazón del área (36′) para meterle un potente cabezazo al centro enviado por Luis Miranda y al que Kevin Mier no pudo llegar.
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2-0 antes del descanso y global igualado a dos tantos. Despertaba la ilusión de toda la fanaticada tolimense y se revivían los demonios de los hinchas del ‘Verdolaga’ ante su denominada bestia negra que más que negro lucía de Dorado y unos pequeños tintes de Vinotinto.
Para colmo de males del argentino, en el arranque del segundo tiempo le cometió penal, que fue advertido desde el VAR, a Luis Miranda.
Mier salvó los muebles
Al cobro vino Daniel Cataño y allí emergió la figura del joven portero que con sus pies logró atenazar el balón y mantener emparejada la serie. Ya había intervenido de manera crucial en un par de jugadas de la parte inicial.
De las puertas del cielo al infierno
En esa misma acción de penal, Cataño, que pudo poner en ventaja a los suyos, falló y terminó expulsado por meter un planchazo sobre el arquero Mier al ir en busca del rebote.
El VAR debió advertir una vez más al árbitro Andrés Rojas para que fuera a revisar la acción.
Y fue el VAR el que ganó en protagonismo, para después confirmar que un remate de Dorlan Pabón que fue al fondo de la red debía ser invalidado por un fuera de lugar previo de Jefferson Duque. Nacional se volcó en busca de la serie con la superioridad numérica.
La llave del triunfo la tuvo Jarlan Barrera que en el minuto 92 apareció en el corazón del área para cabecear una pelota luego de que Olivera la peinara en el primer palo y la enviara al fondo de la red para el desahogo y para enterrar toda paternidad tolimense.