En medio de un primer tiempo táctico y de mucha resistencia para el Real Madrid, el conjunto español buscaba generar alguna oportunidad de gol en el cierre del primer tiempo ante el Liverpool. Allí sucedió una jugada polémica para muchos.
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Karim Benzema anotaba el primer gol del encuentro; sin embargo, se marcaría el fuera de lugar segundos después. Allison Becker cometió un error garrafal, junto con el defensor Ibrahima Konaté, dejando la pelota muerta para que capture el rebote el goleador, con una ayuda de Federico Valverde.
Luego de que el VAR revisara la jugada, se marcó el fuera de juego indiscutible, a pesar de que para muchos era gol válido.
El motivo radicó en que solo hubo un defensor detrás de la línea de la pelota, cuando realmente deben haber dos para legalizarse la acción (incluyendo el arquero). A pesar de que Fabinho intentara tocar la pelota, no tuvo voluntad alguna de cederla y buscó rechazar el esférico.
Al vestuario se iban sin goles en el partido, aunque algunos jugadores del Madrid le reclamaban al árbitro y la hinchada de la Casa Blanca recriminó la acción.