Todos nos hemos enamorado, pero ¿cómo aprendimos a amar? Esa es una pregunta bastante compleja. Es claro que, en Latinoamérica, al menos, las telenovelas marcaron importantes momentos de nuestra educación sentimental y, aunque hoy parecen reemplazadas por los K-dramas, las series turcas, entre otras producciones masivas que inundan con emociones las plataformas de streaming, en realidad, detrás de estas vienen obras literarias que influyeron nuestra forma de amar, desde antes que naciéramos.
En este sentido, propongo un breve recorrido, a través de anécdotas, por hitos de la literatura en los que tal vez usted se vea reflejado, debo advertir, como dice Fito Páez, “cualquier parecido con la realidad proviene de su propia imaginación”.
Bovarismo
Tengo un par de amigas con un problema frente a su vida amorosa, sufren de una insatisfacción constante en sus relaciones, esto porque en ellas hay un contraste imposible entre sus ilusiones y la triste realidad que les corresponde vivir. Esta tendencia a idealizar el amor las lleva a una frustración permanente, pues es imposible alcanzar los ideales poco realistas que han construido.
Pero por más originales que se crean mis amigas, es mi deber anunciarles que ese síndrome ya se había inventado: el bovarismo o síndrome de Madame Bovary, se deriva del personaje Emma Bovary de la novela Madame Bovary de Gustave Flaubert. Ella es el ejemplo clásico de insatisfacción conyugal y personal, pues su marido es de una simpleza frustrante, mientras que en su imaginación las fantasías románticas la hacen evadirse de la vida real. La novela nos cuenta la historia de la infidelidad de esta mujer embebida en sus novelescas fabulaciones.
Si se han sentido alguna vez así o conocen a alguien que le pase, esta es una gran recomendación de lectura.
Entre el amor y la tragedia
Cuando era un adolescente en el colegio me pusieron a leer esta novela, y debo confesar que me costó mucho, pues como buen joven de mi edad tenía las hormonas alborotadas y en esta historia, durante toda su extensión, aquellos que tanto se amaban jamás se tocaron o se dieron un beso. Se trataba de María de Jorge Isaacs, un amor de exagerado romanticismo, pero pintado con un tinte trágico desde las primeras páginas que, según dicen los sabios, es la esencia de la educación sentimental de varias generaciones de colombianos.
Un claro ejemplo de esto es el ideal de belleza que se ha transmitido en los melodramas de la televisión. Durante una época fue requisito para ser personaje principal de una telenovela tener el largo cabello de María, y esa belleza virginal e intocable, en contraste con las pronunciadas curvas y escotes de las antagonistas. En esta obra encontrarán la explicación de por qué, pese al paso del tiempo y al cambio en las narraciones, esta aspiración de belleza sigue vigente en el imaginario.
Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde
Otro de mis amigos, tenía una novia que todos pensábamos que no merecía, ella era inteligente y estaba profundamente enamorada de él, creo que para ella era su primer amor y, como en toda primera ilusión, ella entregaba de sí más de lo que debía; hasta muchas cosas que la hacían ella misma, las había dejado de lado para adaptarse a lo que ella creía era el amor de su vida. Por supuesto este amor no era enteramente correspondido, y mi amigo no disimulaba el cansancio y el desinterés por ella.
Por supuesto tal relación no pudo terminar de otra manera más que en desastre. Ella decidió cortar por lo sano, alejarse y, después de cierto tiempo, buscar otra pareja. En ese instante mi amigo se dio cuenta de lo que había perdido y jamás se le vio más triste, la buscaba, le rogaba y hacía todo por volver a aquel idilio que, cuando lo tuvo, no disfrutó.
De nuevo, lamentablemente, por más entretenida que parezca la anécdota, carece de originalidad, ya la literatura ha tomado y retomado este motivo en muchas ocasiones. Tal vez la Vorágine de José Eustasio Rivera es la novela colombiana en la que la búsqueda del amor perdido (y robado) enmarca una de las más grandes aventuras de la literatura. En ella Arturo Cova, después de perder a su mujer, secuestrada por Narciso Barrera, emprende un viaje demencial por la selva y sin importar enfermedades o las terribles realidades de la cauchería, lucha por reencontrarse con ella, aunque antes la hubiera despreciado. ¿Conocen a alguien en una situación similar?
Cuando el amor es imposible
Yo creo que también aprendí a amar en la literatura, tal vez no dentro de los parámetros de los clásicos del siglo XIX y principios del XX, sino de una novela de 1963. En ella el personaje principal, se las da de intelectual, pero independientemente de lo cerebral que alguien pretenda ser, nadie se puede escapar del amor. Este personaje se enamora dos veces, pero en las dos ocasiones, debido a su imposibilidad de ir más allá de la razón, sus intentos amorosos fracasan monumentalmente.
Esta novela es Rayuela del escritor argentino Julio Cortázar, en ella Horacio Oliveira describe cómo, aunque él es capaz de ponerle palabras al amor, no es capaz de vivirlo como la Maga, quien lo puede vivir, aunque no lo pueda poner en palabras.
Los invito a explorar estas y otras novelas que hablan de qué significa amar y cómo aprendimos a hacerlo. [KA1]
Los recomendados:
· Madam Bovary de Gustave Flaubert
· María de Jorge Isaacs
· La Vorágine de José Eustasio Rivera
· Rayuela de Julio Cortázar
[KA1]Sería chévere hacer el listado de los recomendados