En 2025 el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo cumple 15 años y la fiesta va a ser para todos nosotros. Se anuncian seis óperas (una programación que muy pocos teatros en América Latina pueden cumplir), una gran temporada de artistas catalanes y vascos, las presentaciones del Ballet del Teatro San Martín de Buenos Aires, el tenor polaco Piotr Beczala, el concierto de The Philadelphia Orchestra con la dirección de Yannick Nezet-Seguin y muchos más espectáculos para todos los gustos
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La boletería y la programación completas de lo que será una temporada 2025 increíble ya están disponibles en la página oficial del Teatro Mayor, pero en publimetro quisimos ir más allá e invitamos a su director, Ramiro Osorio, para que nos cuente en Silla de Gerentes cómo se ha logrado consolidar este proyecto cultural único en el país y reconocido mundialmente.
Lo que ha pasado con el Teatro Mayor es realmente admirable, es el ejemplo de cómo trabajar lo público y lo privado en beneficio de la cultura. ¿Cuál es su balance de estos 15 años?
El Teatro Mayor no solo es una sala. El Teatro Mayor es realmente un proyecto de gran ambición cultural, es un espacio público que se administra y se gestiona a través de una alianza público privada en el marco de la corresponsabilidad, y es única en el país. Esto ha permitido, primero, que sea un espacio de libertad, que programa con tiempo, que es capaz de ir creando una manera de hacer sostenible un escenario público y eso es lo que hemos logrado. Hemos logrado ir construyendo unas audiencias importantes, hacer apuestas desde el punto de vista de algunos lenguajes que habían tenido poca atención en el pasado, por ejemplo, la danza: hemos hecho una apuesta por la danza, por crear un público para la danza, porque las compañías de danza nacionales tengan la posibilidad de presentarse en todas las condiciones. Y el mejor ejemplo es lo que hicimos con Cascanueces en una gran producción con Incolballet, que es la gran escuela de ballet que hay en Colombia, que está en Cali, con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y con dos solistas del Ballet de la Ópera de Budapest. Lo que buscamos siempre es cómo permitir que dialogue lo más sobresaliente de la cultura de Colombia, con lo más sobresaliente de la cultura.
¿Cómo se realiza la curaduría de eventos para dar precisamente posibilidades a tantas expresiones diversas?
Nosotros partimos de que vivimos en una ciudad de 9 millones de habitantes que está construida por ciudadanos de todas las regiones del país. Nuestra primera obligación como escenario público es hacer posibles los derechos culturales, que son de dos naturalezas: los derechos de la cultura y los derechos a la cultura. ¿Y cuáles son los de los de la cultura? Los que tenemos todos a nuestros saberes, a nuestras tradiciones, a nuestros patrimonios, que son materiales e inmateriales. En esta lógica, cuando dices cómo diseña la curaduría, lo primero que nos pusimos a pensar es cómo es la ciudad, donde están sus fortalezas culturales, dónde está su gran apuesta por ser una ciudad inclusiva, generosa y, por ejemplo, nosotros lanzamos en el Teatro Mayor los grandes festivales que se llevan a cabo fuera de Bogotá: el Festival de la Leyenda Vallenata, el Mono Núñez, el Festival del Pacífico, Petronio Álvarez, entre muchos otros. Pero hacemos también proyectos como por ejemplo la Orquesta Filarmónica de Bogotá con Puerto Candelaria, hacemos ese diálogo entre la música filarmónica, la música sinfónica y la música popular. Por otro lado, estimulamos el desarrollo de los grupos artísticos que residen en Bogotá. Nosotros cada año destinamos un dinero importante a nuestro grupo de teatro, un grupo de danza, para que creen unas condiciones de mayor estabilidad, y entreguen espectáculos que se estrenan en el Teatro Mayor y después toda la producción es propiedad del grupo y permanece en temporada. Y entonces todos, el Teatro Libre, La Candelaria, etcétera, todos han tenido producciones. Nosotros hemos hecho en estos 14 largos años del teatro casi 100 producciones con los grupos y hemos invertido como 25 mil millones de pesos del presupuesto del Teatro Mayor en eso.
Es un juego permanente de inclusión…
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Es que otro tema que nos interesa muchísimo es, en esta lógica de diálogo, cómo hacemos que nuestros artistas puedan trabajar con artistas y con compañías de nivel mundial, que puedan interactuar, que participen, que nos conozcamos. Y cómo encontramos a los artistas colombianos que se fueron y que vengan, que los conozcan. Esa es una lógica de programación. Entonces, el 60% de la programación del Teatro Mayor es nacional y el 40% es internacional, pero está hecha siempre en clave de unidad, o sea, un espacio como el Teatro Mayor tiene que permitir que la ciudad, los ciudadanos de Bogotá y de Colombia, vayan creciendo, vayan ampliando sus horizontes, vayan viendo qué pasa en el mundo. Por eso cada año tenemos un país invitado de honor. De los dos años anteriores fue España y vinieron las grandes organizaciones españolas, la Orquesta Nacional de España, el Ballet Nacional, la Compañía Nacional de Danza, pero también compañías de flamenco, de teatro, de danza... Entonces en 2025 vamos a hacer una Ventana Catalana, que ya tiene cinco espectáculos catalanes, entre ellos una ópera del Teatre Liceu de Barcelona que se llama La cuina de Rossini. Cuina quiere decir cocina en catalán, entonces son unos cocineros que están cocinando de verdad y a la vez van cantando todas las arias de Rossini. Es un espectáculo familiar lindísimo. Y traemos también al Cuarteto Casals y otras compañías. Haremos por cuarta vez una ventana vasca, que son espectáculos que se producen en el País Vasco, muy sofisticados, muy especiales. Y vamos a celebrar con un festival británico los 200 años de las relaciones de Colombia y Reino Unido.
¿Qué más podemos esperar en la celebración de los 15 años del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo?
Hay que celebrarlos y hay que celebrarlos con más excelencia, entonces hemos hecho algunas apuestas importantes. Una es que nosotros cada vez vamos recuperando esta tarea fundamental de que Bogotá tenga una programación lírica importante. La tuvo con la Ópera de Colombia hace años y nosotros empezamos a recuperar eso. Hemos hecho títulos importantes de zarzuela, de ópera, pero en 2025 la apuesta es total, haremos seis óperas. Comenzamos con una ópera de cámara bellísima de Joao Ripper, un compositor brasileño. Después hacemos “El barberillo de Lavapiés”, que es una producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid, y lo hacemos con toda la producción. La zarzuela necesita de unos cantantes y unas voces y unas actuaciones muy singulares y viene del reparto original del Teatro Nacional de la Zarzuela, también con cantantes colombianos. Vamos a reponer “La Traviata” que este año estrenamos y que tuvo mucho éxito. Vamos a hacer por primera vez en la historia de Colombia “Nabucco”, con la Orquesta Sinfónica y el Coro Nacional de Colombia. El Ministerio de Cultura creó el Coro Nacional de Colombia con 80 voces profesionales, con lo cual ya nos podemos proponer lo que sería la línea de lo que estábamos hablando. Y para celebrar el 23, 24 y 25 de mayo hacemos “La coronación de Popea” y lo hacemos a lo grande, en una en una coproducción con la compañía estable que dirige Pedro Salazar, que es el director de escena y con una orquesta francesa que es de las más reconocidas en el mundo. En ese repertorio también está “La reina de las hadas”.
Pocos escenarios en Latinoamérica se pueden dar el lujo de organizar seis óperas en un año, ¿tienen más sorpresas para 2025?
Sí. Este año tuvimos la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, dirigida por la Dudamel. El año próximo tenemos The Philadelphia Orchestram con la dirección de Yannick Nezet-Seguin, que es otra de las grandes orquestas de los Estados Unidos y del mundo. Estos son operaciones que se negocian con dos, tres o cuatro años de anticipación. Estamos hablando a ver si podemos traer a Berlín en el 27. Obviamente esto tiene que hacerse con tiempo, y algo que el Teatro Mayor ha significado desde su inicio es una marca de seguridad y de estabilidad para los promotores, para los inversionistas.
El Julio Mario es un teatro que llama al público joven, pero no solamente lo llama en términos presenciales, sino que ustedes tienen una apuesta por la virtualidad. ¿Cómo funciona el Teatro Mayor en digital?
Nosotros como teatro público, pero también como un modelo público privado, tenemos que tener siempre mucha capacidad de irnos adaptando a los cambios. Entonces, en 2014 creamos la plataforma porque nosotros tenemos un gran patrocinador que es Bancolombia, y Bancolombia entraba en un proceso de también de digitalización, de virtualidad, y nos ayudaron a ese tema. Empezamos a transmitir un espectáculo cada mes en vivo desde el Teatro Mayor en 2015 y viene la pandemia en 2020 y ahí es el momento en donde ya teníamos experiencia. Nosotros además tenemos una gran fortaleza porque una parte de la ayuda de los Santo Domingo es a través de Caracol Televisión, que nos hace casi todas las grabaciones. Eso nos da unos estándares de calidad que nos permite intercambiar materiales con el Teatro Real de Madrid o con el Teatro Colón de Buenos Aires. Ese es un tema de gran fortaleza. Y en pandemia todo el mundo encerrados en sus casas… era la oportunidad: Cuatro espectáculos al mes, uno cada semana de acceso gratuito 24 horas. Es un éxito. Los datos de audiencia que nos da a nosotros Caracol son espectaculares: más de 65 millones de personas que han entrado y permanecido en la plataforma. Creo que es un espacio de verdad generosísimo, de encuentro con la cultura del mundo y que presupone un gran esfuerzo, pero en esta misma lógica, todos estos artistas que vienen al teatro, que se van satisfechos, Jordi Savall, por ejemplo, por decir un nombre, nos permiten usar sus propias grabaciones en la en la plataforma del teatro digital.