En el marco de la edición número XIII del Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá el conocido tiplista colombiano Lucas Saboya se sumergió en el significado de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá para crear toda una suite inspirado en ella, lo que significa para algunos colombianos. PUBLIMETRO sostuvo una conversación con el compositor sobre dicha obra, y lo que implicó convertirtir los simbolismos en sonidos.
¿Qué significado tiene para usted haber compuesto una obra dedicada a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá?
El título Oro Azul tiene que ver con el arte, porque esta Virgen de Chiquinquirá nace de toda una historia desde que se pintó un cuadro en 1562 en Tunja, y después se deterioró el manto donde se pintó. Después de la renovación, es a partir de ahí donde se genera la figura de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, la basílica y todo lo que ya desconocemos y, por supuesto, se le nombra como patrona de Colombia.
En sí, el nombre tiene que ver con un color que se llama el azul de ultramar, que es uno de los colores más importantes de la historia del arte. Este es un color que sale de la piedra lápiz lázuli, pero entre 1500 y mediados de 1800. Este pigmento para pintar era muy costoso porque era difícil extraerlo de la piedra y también venía de ultramar, de Afganistán. Por eso, quise hacer una relación de la obra con este azul de ultramar, por eso se llama Oro Azul. Este pigmento llegó a ser más costoso que el oro.
La obra tiene cuatro movimientos, cada uno de los movimientos tiene un título que ya hace referencia directamente a la Virgen. Siento que hay algo muy particular, y es que es algo con mucho simbolismo de por medio, ligado a la Virgen en la historia del arte.
Ya que menciona ese símbolismo, ¿Cómo fue el ejercicio de transformarlo en música?
Pensé en eso y traté de hacerlo, especialmente en el segundo movimiento de la obra que se llama Antífona. Una antífona es como un estribillo de esos que uno repite en los textos religiosos, ya sea en la misa o incluso en la Navidad. Es una forma como responsorial de la religión, pero también en cierta época se usó para la música. En este segundo movimiento trato de reflejar el color en la textura de la orquesta y en los acordes, en la armonía de este movimiento de Antífona, que tiene realmente un discurso de color, precisamente. El color en la música tiene que ver con la densidad de la escritura musical, es decir, cuando hay muchos instrumentos tocando o cuando está más liviana y hay apenas pocos, o solo uno. Desde esa parte hay una referencia al color y también desde la textura armónica, los acordes y la armonía que uso para armónica y tímbrica de los instrumentos de la orquesta. Esa fue como mi manera de reflejar un poco este concepto en la obra.
¿Qué impacto cree que podrá tener esta obra en el repertorio musical colombiano?
Creo que esta es una obra que tiene unas características muy particulares, porque una obra de este tipo no existe dentro de la música instrumental colombiana, que yo conozco por lo menos. Me refiero a la extensión de música, porque es una música que tiene cuatro movimientos. Me refiero también al motivo de la música, que es una música que está, una música que es del interior colombiano, pero tiene todo un tratamiento técnico de la música académico, pero también hace alusión por supuesto a la música tradicional del interior de Colombia, y también está pues motivada precisamente por una alusión a lo sacro y a lo religioso. Entonces yo creo que va a ser una obra importante del repertorio, espero que sea una obra bien recibida.