La moda es política y social. Esto siempre lo ha establecido Valerie Steele, directora y curadora en jefe de The Museum at the Fashion Institute of Technology, (MFIT). Es una referencia sobre estudios de moda a nivel mundial. Ha curado más de 20 exhibiciones y es autora de más de una docena de libros.
Este medio habló con ella al respecto de la industria, el cuerpo y sus transformaciones y el futuro.
¿Cómo ha cambiado la moda la manera de vivir de la gente y la forma en que se representa a sí misma de 10 años para acá?
Todo en la moda ha hecho “boom” debido a la tecnología, debido a Instagram . Ahora la gente piensa que la moda es también sobre ellos, de que ellos también pueden hacer moda. Diez años antes la gente podía verla, pero no se podían considerar a sí mismos expertos. Ahora hay una aproximación más democrática hacia ella.
¿Qué pasa con la imagen? Hemos visto todas las cosas que han pasado con gente como Ashley Graham o Tess Holliday y las revoluciones de la autoaceptación… ¿es un truco para vender o es algo real?
Ahora vemos que la gente es más abierta hacia otros tipos de belleza en ciertos aspectos. La gente joven es más consciente de la diversidad, pero sí hay prejuicios dentro de la industria contra las modelos plus size. Está bien que tengas ciertas protuberancias, pero tu tamaño en la cintura debe ser el mismo. Siguen siendo los mismos estándares. Además, en el modelaje masculino los hombres son cada vez más delgados.
También tenemos todos estos movimientos de Instagram como “strong is the new pretty” y sobre todo, lo que han impuesto Amber Rose o Kim Kardashian con su cuerpo y su faja de entrenamiento. Luego de que nos liberamos del corsé a comienzos de siglo XX, ahora muchas mueren por tenerlo. ¿Por qué?
El corsé es símbolo de feminidad erótica. Así ha sido por siglos. Y esta mirada no ha cambiado. Y en vez de la dieta y el ejercicio, la gente dice: “Bien, puedo tener el ejercicio y la cirugía plástica, pero ¿no es más fácil ponerme un corsé?” Y de cierta manera lo es, aunque el efecto sea discutible. Cuando hice la exhibición de corsés en el FIT, tenía una copia de un corsé de 1880 y la gente se impresionaba por el busto grande, las caderas grandes y la cinturita. Y la gente posaba para la foto con él para ver cómo se veía, simplemente.
También, si se habla de cuerpo, ¿cómo será el del futuro? ¿Tendremos otra gran Reforma del Vestido como la del siglo pasado, que nos hizo tener un cuerpo distinto que pudo moverse y ser más libre?
Pienso que hay una tendencia a tener un cuerpo más artificial. Las cosas serán reemplazdas por elementos artificiales. Puedes tener implantes de senos pero también reemplazar tus piernas. Podremos ver el concepto de cyborg, en el que la gente es parte humana, pero también parte máquina.
Pensando en eso, cuando habla de diseño del futuro la gente suele referirse a Iris Van Herpen o a Hussein Chalayan, que han hecho lo suyo desde hace 20 años. ¿Por qué se sigue pensando en ellos como vanguardia?
La gente siempre ha visto al futuro con los lentes del pasado. En los 90 la gente decía que en el siglo XXI la gente vestiría toda igual, pensando que solo habrían enterizos, cremalleras diagonales y habría mucho plateado, pero todos esos son clichés tontos de cómo sería el futuro. Lo puedes ver en las películas. Pero en “Volver al Futuro” se acercan un poco más a la realidad actual, a excepción de que los cambios tecnológicos son los que hicieron cambiar la moda allí. Por ejemplo, ahora los chicos adoran el skate boarding y sus ropas reflejan su interés en este deporte, pero no se visten todos iguales a pesar de que este sea un deporte nuevo. Esa será una fantasía que desaparecerá en la moda.
¿Cuándo podremos ver los cambios tecnológicos realmente reflejados en la moda?
La gente no las quiere, en cierto modo. Y los cambios tecnológicos que la gente quiere no los vemos en pasarela. Vemos vestidos que se contraen y expanden y es genial como se ve, pero, ¿cuándo veremos por ejemplo, ropa que se lava sola? Viajas y automáticamente se lava y seca. O ropa que te ayuda a nivelarte dependiendo del clima. La gente quiere ropa que funcione realmente y responde a eso. Pero ¿para qué inventas ropa que cambia su color cuando sudan las personas? ¿Para qué querrías eso?
Pero, ¿hay futuro? Muchos sostienen que ya no hay nada que inventar y que solo se vive de la reinterpretación.
No creo que es que no haya nada nuevo que inventar, porque la gente sigue inventando cosas nuevas, pero una extraña ley de la moda en los últimos 15 años es repetir lo de las décadas pasadas y sus subculturas. Es una manera fácil y perezosa de hacer moda y suena bastante bien, piensa en el año pasado y toda esa moda extraña de los 70. En todo. Nada creativa, pero el público la compra, porque le es familiar. Quiere cosas un poco nuevas, pero no tanto. Pero hay gente haciendo cosas nuevas y sacándolas adelante, pero solo para gente, que es muy poca, que realmente ama lo nuevo.
¿Y qué se espera de la industria?
Está en un gran periodo de transición. La globalización, tecnología… todo surgió al mismo tiempo. El Internet ha hecho las cosas más rápidas y en la alta moda piensan cómo competir con gigantes como Zara o H&M. ¿Deben hacer las cosas más rápido, hacer desfiles donde la gente pueda comprar ya? Pienso que en cierto modo no es una buena manera de aproximarse. No puedes ir más rápido que el fast fashion. Debes hacer lo opuesto, como el movimiento de Slow Food, que es igual a consumir buena comida. Gradualmente lo veremos en la ropa, al hallar piezas mejor producidas que la última de la última tendencia.