Muchos son los que aconsejan bañarse con agua fría hasta en los días de lluvia. Sin embargo, son pocos los que conocen sus beneficios y que no todas las personas deberían hacerlo.
Bañarse con agua fría sí tiene muchos puntos a favor, pues mantiene la piel tersa, alivia las tensiones de los músculos, elimina las células muertas y se aconseja usarla después de hacer ejercicio para que el cuerpo se relaje y vuelva a “su estado natural”.
Además es excelente para el cuero cabelludo porque mejora la salud del pelo, le da brillo y fuerza. Múltiples estudios aseguran que bañarse con agua fría ayuda a prevenir la calvicie y la caspa.
Roberto Morales, médico general, comentó que una ducha con agua fría estimula la producción de glóbulos rojos y se previenen las gripas gracias a que las defensas suben. Por otro lado, previene la acumulación de grasa y líquidos.
Las investigaciones han demostrado que el agua fría disminuye las probabilidades de padecer enfermedades como tuberculosis pulmonar, enfermedades cutáneas y trastornos durante el ciclo menstrual.
¿Quiénes no deben bañarse con agua fría?
Las personas que padecen hipotiroidismo o tienen problemas pulmonares no deben bañarse con agua fría, pero tampoco tan caliente. La idea es encontrar un termino medio.
Quienes tienen problemas cardíacos y los que tienen problemas para conciliar el sueño no deberían tomarlas porque una ducha con agua fría estimula el sistema nervioso.
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