Desde el año pasado se ha venido hablando de lo que serán las próximas elecciones para Senado, Cámara de Representantes y Presidencia. Muchos se han atrevido a dar nombres de quiénes conformarán dichas listas a las corporaciones ya mencionadas y han pasado el límite de querer ser creativos a discriminar sin darse cuenta.
Las elecciones de 2022 serán decisivas para el país, pero en esto debemos ser claros, será un cambio en todo el sentido de la palabra, se oxigena el Congreso de la República y veremos por fin la salida de quienes por años se han atornillado a esas curules como sanguijuelas, desangrando el legislativo. Pero no entiendo cómo algunos hacen el papel de determinadores de nombres y salen con el mal llamado “a dedo” a decir quienes sí y quienes no, en eso están errando muchos y me atrevo a decir que muy cercanos.
Claro, será un año de luchas para la reivindicación de las mujeres, nunca he dicho que no, el feminismo se está haciendo notar en muchos países, incidiendo en la toma de decisiones. Pero, también debe ser un año de las poblaciones que han sido excluidas. Será un periodo legislativo donde la población LGBTI tome las banderas en defensa de los derechos y tenga también sus candidatos, que seamos intervinientes en la creación de las leyes, que tengamos parlamentarios que en verdad nos representen y no algunos que se hicieron elegir con las banderas de la diversidad, solo para tener una curul y después olvidarse de quienes a diario deben luchar para defender una causa.
La pasada reforma al código electoral dejó ver cómo muchos le tienen miedo a que un gay, una lesbiana, una persona trans, etc, pudiese ocupar un cargo público o ser elegido por voto popular. Se les notó a nuestros legisladores la homofobia que corre por sus venas y no fueron capaces de crear un código para todos porque “La religión se los prohíbe”.
Es momento de sentar un precedente; tenemos personas muy valiosas, preparadas, luchando por años, arriesgando todo por la defensa de nuestros derechos. A muchas las hemos perdido en el camino, otras les han arrebatado lo más preciado: la vida.
Así que es un llamado para todos los partidos y movimientos políticos en Colombia y para los que en verdad quieran hacer un cambio en el país: la población LGBTI tiene personas que son valiosas y donde sé, tendremos una gran oportunidad de ser un país incluyente. Ahora, no vaya a ser que por querer decir que son diversos, los metan en los últimos renglones donde sabemos no llegarán, no, así no debe ser, debe existir una equidad para que todos, todas y todes, podamos estar.
Que orgullo será ver curules multicolores, defendiendo nuestros derechos, creando leyes y tomando decisiones y no curules esperando que fallos judiciales nos den lo que todos ya tienen.
@andrescamilohr
Nota. Aprovecho esta columna para hacer un homenaje desde lo más profundo de mi corazón a Laura Weinstein, quien hace unos días falleció por complicaciones respiratorias. A ella, donde esté, le envió un abrazo cálido, lleno de amor, de cariño. Con los ojos aguados la despedimos, quienes la conocimos, sabemos de amor y las ganas por luchar por una mejor sociedad donde seamos respetados y respetadas por lo que somos y seremos.
A ti, Laura, gracias por tanto y por mucho que aportaste a esta sociedad, tu lucha no quedará en el olvido, tu legado vivirá en cada uno de los que contigo aprendimos a defender nuestros derechos.
Andrés H.