El proceso natural de la vida es que los jóvenes reemplacen a los viejos. Una generación se sucede a otra y, normalmente, se espera, y es deseable, que las nuevas generaciones tengan un camino más expedito y resulten más aptas y capaces que sus antecesores.
Pero a veces esa renovación se demora. A veces hay generaciones brillantes que no dan lugar los nuevos talentos por un tiempo más largo de los usual. Ese es el caso de una generación brillante de ciclistas que está terminando. Froome, Contador, Valverde, Urán, Thomas, Purito Rodríguez, Vincenzo Nibali, entre otros, fueron ciclistas que marcaron una época, que dieron grandes batallas y nos hicieron saltar de la silla por muchos años. Sin embargo, algunos ya terminaron su carrera y otros están en los últimos años.
Su talento fue tanto que muchos jóvenes no pudieron llegar a lo más alto de las grandes vueltas por la prolongada carrera de la generación precedente.
Sin embargo, el final de su reinado ha llegado de manera abrupta con la irrupción de una generación que todos los días nos presenta un nuevo monstruo. Egan Bernal, Remco Evenepoel, Tadej Pogacar, Wout Van Aert, Mathieu Van der Poel y Thomas Pidcock, son solo algunos de los nombres que están desplazando a los veteranos.
Ya desde el año pasado lo veíamos, pero este año ha quedado claro que estamos frente a un relevo generacional que se presenta radical. En los últimos dos años todos los ganadores de grandes vueltas eran corredores que ganaban su primera vuelta de tres semanas.
A los que seguimos este deporte hace varios años no deja de darnos nostalgia la partida de los grandes nombres con los que estuvimos familiarizados tantos años o, por lo menos que, no parecen tener la relevancia de otro tiempo. En cosa de un año nos revocaron los conocimientos de ciclismo y tuvimos que aprendernos decenas de nuevos nombres que son los nuevos grandes protagonistas del pelotón internacional. Pero a la vez sentimos gran emoción de encontrar una nueva generación tan talentosa, porque eso garantiza muchos años de espectáculo y larga vida para este deporte.
Esta nueva generación tiene una particularidad y es que ha empezado su alto rendimiento a una edad que antes podría considerarse prematura. Hay quienes apuntan a señalar que esto puede ser síntoma de carreras profesionales más cortas. Pero por ahora eso sólo son especulaciones, lo concreto es que ha llegado una nueva generación que mandan el pelotón y que anuncia una siguiente década de oro en la historia del ciclismo. Lo concreto es que hace décadas no se veían tantos nuevos inmensos talentos. Damos la bienvenida a este nuevo pelotón y cultivaremos la gloria eterna de los que se despiden.
Ernesto Ortiz /@acerocaballito