En medio de la actual circunstancia mundial, una pandemia que amenaza con destruir la economía dominada por el mercado de valores, en donde la tendencia son los marcadores por el dólar, el petróleo, el gas y otras variables como el oro, el coltan, este ultimo mineral prácticamente joven en el mercado y con una amplia demanda por países como Irán y China, no solo por proporcionar fuentes de almacenamiento de poder de energía sino por ser uno de los conductores y elemento esencial de ojivas nucleares y la producción de pantallas led, claramente la disyuntiva “pandémica» no dimana de la producción de televisores, en medio de todo este caos, parece ahora aclarar un poco el panorama en medio de tanta distracción.
Con la reciente y “cómica” solicitud de captura por parte del gobierno de Irán al máximo organismo de control policial internacional – INTERPOL- en contra del presidente Donald Trump, queda en evidencia la fuerte tensión que se libra en medio del COVID-19 por los intereses del petróleo y el derrotero de los mercados de valores del mundo, petróleo y dólares. Irán señala a Donald Trump como responsable de la baja de un general en operación que se dio en enero de este año, por representar ese general un claro desafío y amenaza a los intereses globales, especialmente a occidente. En medio de ese operativo ejecutado con explosivos desde un dron, se realizaba alternamente la primera cumbre contra el terrorismo y el Hezbollah en Bogotá, con el Secretario de Estado de los Estados Unidos.
La probabilidad de que esta pandemia obedezca a una conspiración de Irán, aliado y protector de Hezbollah, con China y otras naciones con altos intereses en el petróleo que reserva Venezuela, pasó de ser una fantasía o hipótesis de serie Netflix, a tener todos los elementos de convicción para ser en la tesis de la protección internacional al terrorismo, al narcotráfico, al tráfico de coltan ilegal y de oro, pero sobre todo a la repartición global de los mas de trescientos millones de barriles de petróleo que tiene hoy Venezuela. No es coincidencia que el régimen de Irán pida la captura del presidente de E.E.U.U. a la Interpol por justamente haber dado de baja a un patrocinador del terrorismo en Irak, Afganistán, Siria, Irán, con armas biológicas y terrorismo biológico.
En el entre tanto que se busca una cura a esta pandemia, se amenaza al mundo con una nueva, se posicionan corvetas en el Caribe para derrocar a Maduro y todo su régimen, asunto que de entrada no solo generaría satisfacción al hemisferio por devolver la democracia a Venezuela, sino a la estabilidad económica; ¿quien iba a pensar los costos económicos “pandémicos” de derrocar una narcodictadura? Los planteamientos de los gobiernos de la región y el mundo de mantener el confinamiento, cerrar la economía vs. abrir las economías y la apertura de manera gradual el consumo de bienes y servicios, dejan en el entredicho los dilemas de: ¿economía o salud?, planteamiento mezquino porque sin economía tampoco funcionan los hospitales, ni se pueden producir medicamentos y servicios clínicos.
El balance existencial entre economía y salud no puede seguir en razón que una no puede vivir sin la otra, al no ser que quisiéramos volver al paleolítico y a las cavernas. No existe razón que pase el mes de julio y siga la economía cerrada, puede existir un confinamiento inteligente como lo ha venido planteando el gobierno nacional, con medidas complementarias como el cierre temporal de las fronteras lo que queda del año, una medida que garantizaría no solo que no lleguen nuevas cepas del COVID, sino también una medida adicional para prevenir nuevos brotes de las gripas porcinas que de nuevo amenazan al globo. Un balance existencial en donde prime lo local, donde se promueva el consumo y el flujo gradual de la economía.
Corolario: La seguridad pública ciudadana llama a gritos medidas urgentes. Ya existen bandas extranjeras al mejor estilo de la antigua Yugoslavia, controlando tráfico de personas, explotación sexual y tráfico de drogas en Bogotá. Es necesario devolver el porte de armas de fuego a civiles honestos y responsables.
Guillermo Rodríguez / @guillorodrig