Columnas

¿Y para las Farc cuándo?

En tiempo de marchas, “descontento” de una minoría que no soporta a un gobierno que haga esfuerzos para gobernar para toda una nación; en medio del caos institucional que dejó el gobierno de Santos, un gobierno lleno de peros, corrupción, actos desproporcionados, y candidez con el narcoterrorismo; no era para menos que el destino le diera al gobierno venidero -cualquiera que fuera su postura ideológica- una serie de reparos y descontentos. ¿El error? No haber dado un corte de cuentas en las condiciones como recibía el país de Juan Manuel Santos, en índices de crecimiento económico, deuda pública externa, seguridad y credibilidad en las instituciones.

Un corte de cuentas era mas que justo, máxime que las repercusiones jurídicas, económicas y regionales no se harían esperar; fue un año complejo, un año con expectativas para el crecimiento económico, para la lucha contra el desempleo en un país en donde el mayor empleador es el Estado, en donde los índices de productividad no son tan alentadores como quisiéramos y donde los sectores de la economía no están boyantes, donde lo único que medio funciona es el comercio, y el consumo, circunstancias aprovechadas por los caprichos de los agitadores locales del Foro de Sao Paulo y del socialismo del siglo XXI, materializado por las Farc, el ELN, y todos sus áulicos, donde la promoción del caos y la protesta irresoluta es el pan de cada día, la propuesta neurótica de quienes nada les sirve.

Se cierra un año, se cierra un ciclo, en donde los contras no valen mencionarse, pues ya sabemos que la estrategia global de las Farc y del ELN para la toma del poder consiste desde luego en confundirnos, con ejes rectores de distracción, en donde ellos mismos ni saben que quieren, sino solamente imponer y construir socialismo en un país quebrado. Conocíamos y mencionamos la estrategia política que era la supuesta solución a un “conflicto”, con objetivos claros, como el silenciamiento de las armas legítimas en poder del estado, utilizando vías que han llamado la “construcción de fuerzas integrales”, que van de la mano con la movilización de masas.

Entenderlo nos tomaría mucho tiempo, y de la experiencia solo quedarían cenizas, ¿para qué querer ensayarlo? Uno de los pilares del derrocamiento de la institucionalidad es todo lo que estamos viendo, lograron desarmar a los civiles, lograron desprestigiar las fuerzas armadas y de policía, lograron persuadir el uso legítimo de la autoridad y convirtieron el poder en máxima dejando la autoridad en el traste; engañaron con entrega de armas y pasaron por inadvertidos la estrategia militar, que no era mas que la “preservación y acumulación de poder de impacto bélico dentro de un esquema político”, es decir, los acuerdos; ¿ahora entendemos por qué las marchas piden avivar los encuentros con el ELN?

Cogida de la mano viene la “estrategia de masas”, que no es nada diferente a lo que estamos viendo, desde Chile hasta México, lo que desde el principio denominaron “construcción de un frente amplio con la izquierda y los movimientos sociales de masas influenciados”. Ahora lo que nos depara para el 2020 es mayor cohesión, unión, y amor por nuestra patria, por nuestra gente, por nuestros hijos, lograr conservar lo construido, lograr cuidar lo que nos da vida y mantiene en pie, cuidar nuestras instituciones Presidente, lograrlo es cuestión de afecto por la patria, lo tenemos todo, ¡adelante presidente!

¿Señor Fiscal y vicefiscal, para cuándo la imputación a directivos de Cemex?

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