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Bogotá, ciudad neogótica

Bogotá es una ciudad con tintes góticos. O mejor, neogóticos. Varios de sus edificios rememoran ese medieval que tuvo su principal expresión en catedrales como Notre Dame, de París; el Duomo de Milán; Chartres y tantas otras.

El gótico revivió en el siglo XIX en Europa y Bogotá no fue ajena a ese renacer. El primer ejemplo de gótico cachaco que le viene a la cabeza a cualquier bogotano es la Basílica de Nuestra Señora de Lourdes, el corazón de Chapinero. Comenzó a construirse en 1874 y el terremoto de 1917 la afectó notablemente. Recientemente restaurada, en los días de sol su fachada recién pulida luce radiante.

Doce cuadras al sur, sobre la carrera 13, está la iglesia de Nuestra Señora de Chiquinquirá, que se construyó entre 1925 y 1959 y que desde hace décadas convive con el agite de la carrera 13. Por los lados de la Avenida de Chile hay dos ejemplos de neogótico bastante diferentes. Por un lado está La Porciúncula, sobre la Avenida de Chile. Esta iglesia, de fachada blanca y dos torres muy características del paisaje bogotano, se terminó de construir en 1943. En 1978 se demolió el convento adyacente, también de estilo neogótico, y allí se construyó el Centro Comercial Granahorrar, hoy llamado Avenida Chile. Dos cuadras al norte, sobre la misma carrera 11, está la iglesia del convento de la Visitación, una construcción de ladrillo (en el mejor estilo del neogótico victoriano) que armoniza muy bien con el Gimnasio Moderno, que queda enfrente.

En el llamado Centro Internacional, rodeada de altos edificios de estilo moderno, está la iglesia del Colegio María Auxiliadora, otro ejemplo del neogótico. Y a espaldas de la Estación de la Sabana se encuentran la iglesia y el claustro de Sans Façon, que datan de 1889 y que se encuentran en excelente estado de conservación.

Uno de los edificios más llamativos del gótico capitalino está en el corazón de La Candelaria. Se trata del conjunto Calle del Sol, edificado entre 1917 y 1945 con una finalidad religiosa, en tiempos de Gustavo Rojas Pinilla fue la sede del Servicio de Inteligencia Colombiano (SIC), el antecesor del DAS. Estuvo abandonado muchos años y, luego de una dispendiosa restauración, se transformó en un conjunto de apartamentos.

Mención aparte merece la localidad de Teusaquillo, donde se erige la muy neogótica iglesia de ladrillo del barrio Santa Teresita, consagrada a la Virgen del Carmen. En esa misma localidad, además, hay dos iglesias que combinan elementos góticos y de otros estilos: el Espíritu Santo, en La Magdalena, y Santa Ana, en Teusaquillo, una de las iglesias más hermosas y singulares de la ciudad. Otras dos iglesias que combinan lo gótico con otros estilos son El Carmen, en La Candelaria, y la iglesia de Las Nieves, en la calle 20 con carrera Séptima. Estas cuatro iglesias, tan diferentes entre sí, tienen en común sus fachadas en ladrillo a la vista. Al fin y al cabo ladrillo bogotano.

Por Eduardo Arias / @ariasvilla

 

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