Twitter: @CamilaChain
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Cada día que pasa, más personas cercanas me cuentan sobre algún diagnóstico tardío de alguna enfermedad grave. Además del profundo sentimiento de tristeza, impotencia y compasión, un reclamo silencioso llega a mi mente. ¿Cómo puede ser posible que no se hagan chequeos frecuentes? ¿En qué momento la palabra ‘tarde’ se convirtió en justiciera?
Luego, cuando me sereno, me doy cuenta de lo fácil que es descuidarse y lo difícil que es hacer lo correcto en materia de prevención, ¡cuando aplazamos lo realmente importante! Por ejemplo, me di cuenta de que hace mucho no me hacía exámenes generales; yo, la misma que apoya cientos de causas sobre muchos males, he dejado pasar dolores por miedo a recibir malas noticias.
Esta semana me di a la tarea de ponerme al día, de salir de todas las dudas, de enfrentar la paranoia y fui al doctor. Por fortuna todo está en orden, pero no siempre y no a todos les dicen que están completamente sanos y siento el enorme deseo de compartirles esta reflexión, porque sé lo mucho que amamos la vida, y para que sea larga y feliz es indispensable contar con buena salud.
Si me están leyendo y no han ido al médico porque creen que nada les pasa, por favor vayan, nada más sabio que la expresión “es mejor prevenir que tener que lamentar”.
¡¡¡Feliz fin de semana!!!