Mucho se ha discutido en los últimos días sobre el mecanismo de refrendación de los acuerdos alcanzados con las Farc. Mientras el Gobierno sigue adelante con el plebiscito como mecanismo de refrendación, las Farc han manifestado reiteradamente que este no les convence, no lo reconocen y no lo quieren.
Desde los inicios de la negociación en 2010, las Farc fueron contundentes al afirmar que ellos se metían en un proceso de paz, si al final de los acuerdos todo quedaba felizmente sellado con una asamblea nacional constituyente. Hay muchas posiciones al respecto, pero aún no hay nada concreto.
Por un lado, el Gobierno ya salió con un comité promotor del ‘sí’, en el evento de que el proyecto de plebiscito salga con ponencia afirmativa de la Corte Constitucional, asunto que reposa en el despacho del honorable magistrado Vargas.
Este plebiscito, que tiene tan solo seis artículos, viene con vicios procedimentales, como la posibilidad de que se reduzca el censo electoral para hacerlo válido, pero no solo para validar su poder vinculante en el ordenamiento jurídico, sino también para asegurar a toda costa la victoria del ‘sí’, asunto que para algunos sectores es un acto espurio y propio de quienes quieren manipular de alguna manera el sentir popular.
El tren de la asamblea nacional constituyente no solo atrae a las Farc, también es atractivo para sectores uribistas, pues justo allí es donde podrían encontrar un trato digno quienes tienen problemas judiciales y militan políticamente en dichas toldas, asunto que no ha caído del todo bien en sectores que encuentran alguna identidad con ese grupo político. Por otra parte se indica en varios círculos que al Gobierno no es que le genere urticaria la idea de la constituyente; se dice que en lo más íntimo el Gobierno hace fuerza y guarda la esperanza que la Corte Constitucional declare inexequible el plebiscito, asunto que beneficiaría a las Farc.
De hecho las beneficiaría porque desde el principio ellos le han apostado a la asamblea constituyente como único mecanismo expedito de refrendación de los acuerdos; a mí juicio el Gobierno no solo quiere que se realice el plebiscito, quiere ganarlo y ello le abrogaría poderes populares superiores para salir a convocar a una asamblea constituyente. El asunto que ha dado para debate en la última semana, se centra porque se indica que el mecanismo de refrendación debe salir de manera conjunta de la mesa de La Habana, dado que así está pactado en el acuerdo general en el último punto, algunos consideran partidas dobles del ejecutivo con el plebiscito.
Asunto que desde luego no es del todo descartable, pero lo único cierto es que por un lado se pretende vender un problema de alta política, tratándose del mecanismo de refrendación, en la falsa disyuntiva de plebiscito versus constituyente, como si fuera muy difícil discernir que el axioma “no hay nada pactado hasta que todo esté pactado”, incluye sin lugar a dudas una asamblea nacional constituyente donde tendrá derecho propio las Farc. Entre tanto hoy nos enredan como si nada estuviera acordado.