Luis Pérez ha sido gobernador de Antioquia, alcalde de Medellín, director del Icfes, secretario de Educación de Medellín y rector de la Universidad de Antioquia, entre otros. Ahora, quiere llegar al Palacio de Nariño. Estas son sus propuestas.
¿Por qué quiere ser el próximo presidente de Colombia? Mi vida ha sido entre ser empresario y servir. He entendido que el dinero es bueno para tener una calidad de vida razonablemente buena. Pero, mejor que el dinero es tener el patrimonio del servicio. No hay nada mejor que ayudar a los demás, modificar la realidad y abrir horizontes más promisorios para la tierra que uno ama, que es Colombia. Tengo unas ideas que yo saco del futuro para el presente, que ha sido mi línea de comportamiento en todos los cargos que he desempeñado, como rector de la Universidad de Antioquia, como alcalde de Medellín, como gobernador de Antioquia. Estoy pensando un país diferente. Si nosotros seguimos pensando en Colombia de la misma manera como se ha venido desarrollando en los último 50 años, simplemente lo que estamos construyendo es 100 años más de violencia y de pobreza. Se necesita darle un giro total, hay que abrir nuevas economías, con las que tenemos no hay futuro de arreglar a Colombia. Hay que tener una actitud mucho más generosa, progresista, amable con toda la gente que sufre tanto. Creo que si Colombia busca nuevos rumbos, puede ser una potencia mundial porque tenemos cómo y con qué salir rápidamente de las dificultades, para parecernos a muchos países asiáticos que en pocos años lograron aumentar los ingresos de la gente, de tener una importancia en la economía mundial, acabar con la violencia que nos tiene amarrados a la pobreza y a la drogas. Tengo unos pensamientos muy innovadores y promisorios. Poner a Colombia a pensar en grande.
¿Cuáles serían esas economías? Hoy el mundo está cambiando a pasos agigantados y nosotros en Colombia tenemos unos grupos económicos muy respetables, responsables, pero pequeños para las necesidades del país. A Colombia no le va a prestar un servicio total de desarrollo el grupo Santo Domingo, el grupo Aval o el Empresarial Antioqueño, entre otros. Sino que hoy el mundo está girando alrededor de unas propuestas económicas a las que Colombia no ha querido entrar. Nosotros no desarrollamos a Colombia solamente vendiendo pizzas, empanadas y buñuelos, que nosotros mismos nos comemos. Hoy los países más desarrollados son los que están produciendo para el mundo. Mi primera propuesta es que el estado se meta de lleno a regular y a estimular las empresas de cannabis medicinal. Ese mercado en el mundo es de unos 30.000 billones de dólares y está legalizado en 60 países. Es reemplazar las 200.000 hectáreas de coca por 200.000 hectáreas de cannabis medicinal. Eso significaría crear en el campo 3 millones de empleos formales, redimir al campesino que no tiene seguridad social, no tiene cesantías, no tiene vacaciones, no se jubila. Eso podría acabar con el narcotráfico, devolverle la paz y la legalidad a la ruralidad colombiana. También podría redimir a la mujer campesina que también es falta de oportunidades, porque aquí empezaría a trabajar en extracción de aceites de cannabis, en el procesamiento, selección y empaques. Con esto podríamos llegar a un mercado internacional que le llegaran a país 10.000 millones de dólares al año. Eso nos hace un país distinto, porque el café nos da 2000 millones de dólares al año.
¿Qué pasaría con la marihuana recreativa? Soy muy amigo de meterme en el futuro para venir a construir el presente. Cuando uno va al futuro 5 años analiza lo que pasa con la marihuana recreativa. Hoy uno arranca con Nueva York y ya hay carros vendiéndola en dulces, brownies, helados, comidas, etc. Lo mismo ocurre en otros lugares como Canadá y California. El cannabis recreativo está legalizado en 50 países. En 5 años se ve que hay una lucha por un mercado de 250.000 millones de dólares al año. Eso es lo que hace pensar si nosotros queremos seguir siendo los espectadores del mundo o si queremos ser actores mundiales. Colombia tiene una posibilidad de tener entre el 10 y el 40% del mercado del cannabis. Si a nosotros nos llegarán 20.000 millones de dólares antes de 5 años podemos ser un país potencia mundial y salir del subdesarrollo. Hay que preparar al país, regularlo, hacer todo con juicio.
¿Eso abriría la puerta a una legalización de las drogas? El país viendo hacia a dónde va el mundo y ese mercado mundial tan grande que hay en la economía mundial del cannabis debe desde ahora empezar un proceso de preparación para la legalización del cannabis y eso significa regulación e impuestos. Estoy seguro que los departamentos van a tener más dinero por los impuestos del cannabis que por los de los licores. Soy un buen actor para esto, porque ni soy borracho ni soy fumador de cannabis. Aquí la prohibición cerrada de todo nos ha afectado mucho. Los niños y los jóvenes fuman en los parques porque le tienen más miedo a la mamá que a la Policía. Sería mejor al revés, porque si en su casa llegaran a fumar la mamá les podría explicar los peligros de una adicción, así como ocurre con el licor. No creo que por legalizar la marihuana haya más consumidores. Si alguien quiere ser infeliz que sea inflexible, si quiere ser feliz tiene que ser flexible y entender que el mundo va cambiando.
¿Cómo es el país que recibiría si es elegido presidente? Vamos a recibir un país en cenizas. Es un país que tiene los peores índices de la historia. El PIB en el 2020 bajó el 6,8% y si bien se dice que puede crecer el 6 o 7%, no es crecer, es volver a la economía del 2019. Llevamos dos años sin crecer. Vamos a recibir un país sin salud. Lo que debió haber hecho el presidente era construir 1000 hospitales, la gente se murió por falta de hospitales. La pandemia la enfrentamos contando enfermos y muertos. Los gobernantes perdieron la capacidad de estadistas y se convirtieron en administradores de la tragedia. Recibiremos un país que está marchando al revés. Si soy presidente, de mis primeras tareas será construir 1000 hospitales de la mano de gobernadores y alcaldes.
¿Cómo va a enfrentar a las disidencias de las Farc y al Clan del Golfo que están ganando terreno en el país? El país está en una situación muy delicada por la corrupción y la seguridad. Las bandas crecieron, los territorios que son ocupados por los ilegales crecieron y el estado cada vez tiene menos presencia en el territorio. Un mensaje de que las bandas son más altaneras, vanidosas y grandes, es que ya no matan a una persona, sino que hacen masacres. En 2021 vamos en 261 masacres y eso es una vergüenza. El país está sin ningún norte frente a la seguridad. El presidente Uribe, que muchos lo odian -yo creo que hizo una buena tarea como presidente-, tuvo una Seguridad Democrática, al menos tenía un carácter, una personalidad, un plan de seguridad. El presidente Santos se eligió con la Seguridad Democrática; pero, la abandonó. El presidente Duque tampoco la acogió y se acabó, porque no tuvo dueño. Hoy el país necesita una Seguridad 5.0 que recupere toda esa falta de autoridad como virtud de la democracia, no autoritarismo. Hay que reformar a la Policía. Hoy el estado no tiene control ni del 50% del territorio, aún ni de las ciudades.
¿Qué plan tiene para los jóvenes del país? Lo único que están reclamando son oportunidades. Están insatisfechos con el estado y la sociedad que tenemos. La política en Colombia es vetusta porque los partidos políticos se han vuelto como microempresas que tienen dueño y no existen por un ideario sino por unos votos que tienen unos señores en las regiones. Hay que rejuvenecer al país, crear una ley general de educación que se fije más en el joven que en la institución. Ahora se regulan con la ley 30 de 1992, en ese año apenas estaba naciendo el internet. Propongo una ley que diga que la educación superior es gratuita y hacer la revolución de las universidades digitales, que cada departamento tenga una. También propongo crear el banco de los jóvenes con 1 billón de pesos. Yo creé el banco de los pobres en Medellín, con toda las críticas, y se han creado 200.000 pequeñas empresas.
Usted se va por firmas, ¿qué pasó con el partido liberal? Creo que Colombia necesita ideas liberales. El problema es que le Partido Liberal se quedó sin ideas liberales. Se ha quedado en un espacio cerrado y no convoca. Hoy lastimosamente el partido ha dejado que otros usen las ideas liberales. Muchos petristas mantienen la imagen de Gaitán, si él era el jefe de las ideas liberales en el partido y dejan que otros las usen. Si el Partido Liberal acogiera mis ideas se modernizaría, lo digo sin vanidad, porque sería el camino para hacer la revolución de las regiones.
¿Qué cree que va a pasar con el Nuevo Liberalismo? Escuché una mala noticia y es que el Nuevo Liberalismo no puede usar ese nombre. La mejor noticia es que lo hayan autorizado como partido, pero la peor noticia es no se puede llamar así, ni usar el color rojo. El nombre le da la fuerza, porque no se la da quienes lo rescataron, sino el pensamiento de Galán. Yo al único equipo al que he pertenecido es al de Galán y tuve una breve y muy enriquecedora relación con él. Me parece que no es fácil que un partido que tenga que dejar de usar ese nombre sea exitoso, habrá que esperar qué nombre le dan.
Si se llegara a una segunda vuelta entre el que “diga Uribe” y Petro, ¿con quién se va? Yo no creo que el país va a caer en ese escenario. Los extremos políticos le han hecho mucho daño al país. Los extremos se odian en público para generarle miedo a los ciudadanos y se aman en secreto. Los extremos políticos se necesitan, no puede vivir el uno sin el otro. Siento que al país se le llenó la taza de los extremos políticos, porque le robaron la esperanza a los colombianos.