Se trata de Sabine Bouwmeester, una voluntaria y cooperante que trabajó en Bello Oriente, uno de los barrios más vulnerables de Medellín durante dos años.
De manera inexplicable le tocó devolverse a Holanda, después que la Cancillería colombiana le negara la renovación de su visa como voluntaria.
Según conoció El Tiempo, el pasado 19 de enero recibió la notificación al correo con la negativa sin indicar mayores detalles. A raíz de eso, la voluntaria debió retornar de manera inmediata a su país. Pero, con la esperanza de buscar una solución.
“El trabajo de la fundación es muy importante para la comunidad, porque allá hay muy pocas opciones, muy poco que los niños y jóvenes puedan hacer. Allá hay solo trabajo informal y la mayoría vive en casas con malas condiciones. Lo que queremos es ampliar la visión de estos chicos, para motivarlos a estudiar y salir adelante”, le explicó al mismo medio Yamid López Sepúlveda, comunicador de la Fundación Caminos y coordinador del proyecto Entendámonos.
Sabine es la responsable de buscar recursos para la fundación a nivel internacional y además, es la profesora de inglés de más de 50 jóvenes que viven en los barrios Bello Oriente, Carambolas y Carpinelo de la comuna 3 (zona nororiental de la ciudad).
Ahora desde Holanda, la voluntaria le envió una solicitud a la Cancillería colombiana para saber la razón de la negativa. Por el momento, solo la Cancillería podría llegar a reconsiderar la decisión, ya que la pequeña fundación no cuenta con los recursos para ejecutar dicho trámite.
