La manera de concebir la escuela y la profesión docente ha evolucionado con el fin de superar la desigualdad en diferentes países. Desde hace varios años se ha venido trabajando en Inclusión Educativa, con el fin de atender la diversidad desde un enfoque institucional y aunque en un principio se estaba centrando en las características funcionales y cognitivas de estudiantes considerados “especiales”, hoy en día se busca un reconocimiento de la diversidad funcional como condición natural de todos y todas.
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Para responder a las necesidades de la población, es importante formar a profesionales que cuenten con las habilidades, competencias y conocimientos en Educación Inclusiva. Estos deben contribuir a las guías y programas que han sido diseñados por el Ministerio de Educación Nacional y las Secretarías de Educación para la atención de la diversidad en la escuela, en el marco del Decreto 1421 del 2017.
Fidel Mauricio Ramírez, director de posgrados de la Facultad de Educación de la Universidad El Bosque, reveló en diálogo con PUBLIMETRO, cómo se ha venido transformando este modelo de educación para poder garantizar la dignidad, respeto y diversidad.
“Antes la formación en Educación Inclusiva en Colombia estaba centrada en temas principalmente de discapacidad. Actualmente, nuestro programa es el primero en el país que recoge los elementos teóricos, conceptuales y prácticos para la función de niños con diversidad cognitiva y funcional, pero reconoce también la interculturalidad”, aseguró.
Entender que todos los seres humanos tienen formas distintas de aprender y por eso cada estudiante es diverso, es el primer paso para lograr una formación que contribuya en la construcción de una sociedad más justa, participativa y pluralista. De ahí la importancia de propiciar una educación integral en torno a saberes instrumentales, que permitan al profesional situarse en un horizonte disciplinario e interdisciplinario.
“El principio de la Maestría en Educación Inclusiva e Intercultural es el reconocimiento del otro. Debemos aprender a reconocer, respetar y valorar porque son tres niveles distintos. Reconocer que existen múltiples posibilidades, respetar la diferencia, pero también valorar y entender que no es algo ajeno a mí, sino que, esta diferencia es la que hace posible el mundo”, agregó.
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Es precisamente este interés por la inclusión lo que lleva a la Universidad El Bosque a abrirle campo no solo a personas que se hayan formado estrictamente en lo pedagógico, sino aquellos que, a través de otras disciplinas, quieran incluirse en la búsqueda de una sociedad más pacifista.
“Estamos abiertos a recibir personas que en su ejercicio diario deben reconocer y aprender a superar las barreras que nos presentan las sociedades para relacionarnos con otro. En el grupo para la primera cohorte tenemos a docentes, pero también hay ingenieros que trabajan en empresas y hacen proyectos de inclusión”, concluyó el profesional.
Al tratarse de un programa e-learning, se posibilita el acceso a profesionales que se encuentren en cualquier lugar del país, superando el centralismo de la actual oferta académica de programas de este tipo. Además, está abierta para personas de otros países que tengan el interés en estas temáticas.
