A ganar por espacio. La Seat Tarraco es una camioneta mucho más amplia y que ofrece un espacio cavernoso para familias y su equipaje.
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Y por tecnología. Las novedades en esta SUV incluyen sistemas mucho más intuitivos de manejo y de entretenimiento a bordo.
El auge de Seat en el mercado colombiano ha venido apalancado por las SUV, una gama inédita para la marca española. La urbana Arona y la mediana Ateca ahora están acompañadas por una «hermana mayor»: la Seat Tarraco, una camioneta más grande y amplia que ofrece soluciones muy interesantes en una marca con mucho éxito en los últimos años y una plataforma ya conocida.
De hecho, para los propietarios de la Volkswagen Tiguan, la Seat Tarraco va a dar una sensación de deja vú. La plataforma es muy similar y piezas como los guardabarros, puertas y parabrisas son iguales. El gran cambio se da en la trompa, donde las líneas cuadradas formales de la Tiguan se cambian por un frente esculpido y líneas más redondeadas, características del diseño español.
Esto genera un diseño bastante armónico sin perder la sobriedad tradicional de Seat. Además, gracias a las formas rectas, el espacio interior es muy generoso, destacándose un baúl enorme de 760 litros. La marca analizaría traer una versión con tercera fila de pasajeros, pero por ahora solo hay cinco asientos que van a contar con un espacio cómodo.
La banca trasera tiene sus tres sillas ajustables independientemente en profundidad e inclinación. Así mismo, los ocupantes delanteros no tienen inconveniente en altitud gracias a una cabina generosa, así como un techo panorámico que mejora las perspectivas. El conductor, en una situación poco vista en muchos productos de la gama, tiene una visual destacada sin importar su altura.
El interior, además, cuenta con elementos destacados como el tablero digital de 10.25» y la pantalla de infoentretenimiento inclinada hacia el conductor, así como la perilla de modos de conducción y la palanca de cambios. Todo apunta a un esquema donde el conductor tiene el control, con una distribución sencilla y armónica pero con un punto curioso: todos los puertos son USB tipo C, así que para conectar un aparato deberá tener un cable tipo C o un adaptador. Problemas de la modernidad.
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La familia anda unida
El motor de la Seat Tarraco, como para prácticamente cualquier producto del grupo VAG, es el 1.4 turbocargado de 150 caballos de potencia. Esta pieza mecánica ampliamente conocida en los VW Golf, Jetta, Tiguan y los Audi A3, A4 y Q3 está conectada al eje delantero (el modo AWD sería muy interesante para los caminos colombianos destapados) por una transmisión DSG de seis velocidades.
Esto en sí no está mal: el paquete fue probado por PUBLIMETRO en la Audi Q3 Sportback, que es algo más pesada, y se mueve correctamente. Pero en la Tarraco deslució: la programación de la caja no parece adepta a los ascensos y circulación en ciudad. Aún en modo Eco, andaba mucho tiempo en segunda velocidad, sobre todo en maniobras por debajo de 40 kilómetros por hora. Las levas en el timón para el modo manual se volvieron, sobre todo, un molesto accesorio.
Una leve reprogramación podría ayudar a moverse con menos consumo de combustible en el uso mixto. En la prueba de PUBLIMETRO rondó los 42 kilómetros por galón pero, en autopista, alcanzó a marcar hasta 70. Las suspensiones son firmes pero no duras, aguantando muy bien los huecos y resaltes, mientas que los frenos son destacados, la dirección muy cómoda y la autonomía, destacada con un tanque bastante amplio.
Tecnología de vanguardia
La Seat Tarraco no solo trae modernidad en la profusión de puertos tipo C. Además entra con asistencias importantes de seguridad como siete airbags, alerta de cansancio, control de crucero (no adaptativo), asistente de parqueo autónomo, cámara de reversa y limitador de velocidad. Le falta un asistente de colisión frontal que otros vehículos de su gama traen, pero está correctamente equipado en seguridad.
En accesorios, sí se destaca con mucha facilidad. El sistema de infoentretenimiento con función Mirrorlink y acceso a Android Auto y Apple CarPlay es muy intuitivo de usar. Además, cuenta con climatización en tres zonas, destacando mando independiente para los ocupantes traseros. Las luces ambiente LED son un toque sutil de lujo, así como los apliques en imitación de madera.
Todo esto, además, se ve reforzado por la construcción alemana: la Tarraco es construida junto a sus hermanas VW Tiguan y Skoda Kodiaq en la planta de Wolfsburgo donde toda la historia del grupo VAG empezó. La fábrica que antes producía los Beetle ahora produce crossovers para tres compañías diferentes, señal indiscutible de los tiempos.
Otra señal es que Seat, que nació como una versión relativamente económica para el mercado español de los Fiat, ahora venda una camioneta de $128 millones en una única versión traída a Colombia. Precio elevado que, además de la Tiguan, la pone a competir con duros rivales. La Renault Koleos, Ford Escape y sobre todo la Peugeot 5008 son sus mayores rivales.
La ventaja está en la marca, que ha ganado doble prestigio: primero como proveedora de autos para entusiastas, y luego con sus interesantes SUV. La Tarraco es una camioneta que apela a los conocedores que no quieren andar en el mismo carro de todos. No es una ganga, pero es un vehículo con muchas capacidades y que puede convertirse en otro éxito para una referencia poco conocida en Colombia, que se gana cada vez más fieles.
El carro en un minuto
Modelo: Seat Tarraco Xcellence 2021
Motor: 1.4 litros, cuatro cilindros turbocargado. 150 caballos de potencia, 250 Nm de torque
Transmisión: Automática de 6 velocidades con levas en el timón.
Tracción: Delantera con cuatro modos de manejo.
Pro: Espacio cavernoso y muchísima comodidad para cinco pasajeros.
Contra: La transmisión está mejor adaptada en autopista que en carretera quebrada o ciudad.
Precio: $127’990.000