Laura Weinstein fue una mujer exageradamente interesante, tanto que nunca se le pudo reducir al título de “lideresa trans”, y eso está claro para quienes compartieron íntimamente con ella. Una vida tan sumamente fértil con la suya permitía brotar conversaciones ricas de metáforas, anécdotas y sueños, su sola presencia hacía florecer proyectos imposibles y nutria de sabiduría, sensatez y vitalidad las existencias mismas de quienes contaban con la suerte de su encuentro.
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Por todo ello, fueron muches quienes la llamaban madre: una madre y una maternidad elegida, de ambas partes, como pocas veces sucede. Una madre cómplice que escuchaba atentamente, honesta consigo misma y con su pasado, desde el cual miraba el presente y el futuro, para jamás victimizarse sino con el fin y la emoción de construir otros mundos y otras narrativas de vida.
No hablamos sólo de metáforas. Gracias al trabajo de Laura y del resto de miembres de aquel hogar que ella creó en el GAAT- Grupo de Acción y Apoyo a personas Trans, hoy circulan por Colombia relatos que tienen por autores a Tomás, Nikita, Sara, Shadya, Joseph, Ángel, firmados así, con esos nombres, los de verdad, con los cuales hoy recuperan la agencia que la discriminación les había quitado a sus vidas y a sus propias narrativas.
Cientos de relatos nuevos que trascendieron la corrección de los documentos, esos que ahora se portan con dignidad, para encontrarse y tejerse en conversaciones en aquel espacio refugio del grupo de apoyo que Laura avivó como fuego mismo durante 12 años.
¿Cuántas personas tuvieron la fortuna de quitarse el disfraz y ser auténticas en el GAAT? ¿Cuántas personas trans mañana se presentarán a votar con la confianza de que nadie les negará su ejercicio democrático? Laura abrió múltiples caminos para que todas las personas en Colombia puedan ejercer sus derechos humanos “en clave trans”.
No obstante fue su convicción por la paz la que dio el tono del nuevo relato de vida que ella proponía. Una convicción alimentada fuertemente por la transcendencia espiritual que la caracterizaba y que le permitió transcender la rabia y la indignación, resultados de una infancia y adolescencia complejas y de atestiguar la discriminación que se ensañaba con las vidas de personas trans, para apostar por un tránsito en paz y hacia la paz “porque no podemos combatir la violencia con más violencia”.
Así Laura se convirtió en la primera embajadora trans por la paz para recordar que la memoria de este país en tránsito se recoge en el cuerpo y la experiencia de quienes han sido desplazades, tanto por sus familias y como por sus comunidades, quienes bordean las fronteras del género y los límites transnacionales, quienes aún frente a la violencia logran construir hogar, echar raíces y trenzar relaciones de amor y complicidad.
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Para comprender el tono de historia que las personas trans merecen, la nueva narrativa que Laura propició para tantas de ellas en este país, es necesario tener un encuentro íntimo y vibrante con su pensamiento, su sentir, con la frescura de sus palabras…
… un poco de ella, a continuación:
UNO DE ESTOS ÚLTIMOS DÍAS
Vivir encuarentenada no es fácil, pero me despierto, temprano, no es que me encante madrugar, es que desde hace un tiempo no logro dormir bien, últimamente el cuerpo me ha puesto a batallar, eso es bien chistoso, porque con mi cuerpo he batallado siempre. Desde que me levanto mi teléfono no para, siempre hay mil cosas, que una entrevista, que un testimonio, que alguien necesita apoyo, que hay que revisar y mandar informes de algún proyecto; A veces me siento cansada, pero no me importa porque la verdad es que esta es mi vida, afortunadamente la que yo escogí.
Suena el teléfono, son unos estudiantes que dizque quieren una entrevista, de verdad, qué falta de respeto hacia estos pechitos, no la dejan ni bañarse a una, igual les dije que sí, qué perfecto, que me mandaran las preguntas a ver en que podría ayudarles, finalmente de eso se trata todo esto, y toca sacar energías por que no queda de otra.
Me levanto y al abrir mi closet, recuerdo que anoche, con la intención de recordar algún momento grato, saqué de allí un solo de peluche que me acompaña desde hace años, y sigue ahí, presente a pesar de que lo tengo encerrado, pero bueno, él osito debe estar tranquilo, porque este año a mí también me toco encerrada ¡Qué horror lo del COVIcho! Ya me tiene jarta, pienso en eso y me entra un odio, yo quiero salir, tomarme unas polas, echar rulo y reírme un rato con la gente, pero no se puede y toca aguantar porque esta se va pa’largo, yo todas las mañanas me actualizo en las noticias del virus y eso no tiene cara de desaparecer muy pronto, así que nos va tocar acostumbrarnos a esta joda y ver que nos depara el mundo.
Ayer por la tarde me puse a pensar en cuando se podía salir y me acordé de Disco Club de la 79, allá la pasé tan bueno con las amigas, me acuerdo de que en esos andares una noche tuve como cinco novios, de verdad que reguero de historias las que viví por allá, es que en sus años una fue, cosita seria, bueno, me pongo mis chanclas porque ya me están llamando a desayunar, a propósito, este año me la he pasado en chancletas y pues sí, que viva la chancla y la media, quien iba a pensar que sería el calzado estrella del 2020.
Mientras desayuno, en el noticiero hablan de anoche, día de velitas, qué no hubo muchos disturbios, que la gente estuvo juiciosa, pues como no, con ese virus por ahí rondado, es chistoso, porque en este país, todo el mundo prende velas por una causa, pero como me imagino que la lista será de no acabar, yo les propondría mejor no dejar que ese fuego se extinga, hay que avivarlo y quemar todo para iniciar un nuevo país. Porque a punta de vela lo veo lento, yo sí creo que ya es tiempo de que comencemos a construir un país en donde el canto de las aves y la sonrisa de su gente nos despierten cada mañana y no el ruido de la guerra o de otra persona Trans asesinada, Yo sinceramente celebro cada avance que se da en materia científica y el gran esfuerzo que se hace para que recobremos la normalidad, pero todos los días me pregunto ¿para cuándo la vacuna contra toda forma de discriminación y odio? esa sí, como que no tiene avances.
Juemadre, tengo que alistarme rápido, a las diez de la mañana tengo una reunión con la gente del ministerio del interior ¡Qué lucha con ellos! desde el fallo de julio hemos estado esperando el plan de acción reestructurado de la política pública LGBTI y hasta hoy, solo hemos tenido declaraciones de prensa llenas de palabras bonitas, pero nada de acciones reales, nada más perverso y falso que este gobierno mentiroso, pero es lo que hay y ahí nos tendrán, encima, jodiendo, hasta que cumpla con su deber.
Qué chistoso, la vida se me está yendo en esto, en vez de estar en alguna playita al sol, bronceándome este cuerpecito, pero nada, ya llegará el tiempo para el descanso, por ahora me como esto rápido, porque si no, me voy a terminar conectando tarde a la reunión.