El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, rechazó la vacuna desarrollada por la farmacéutica Pfizer porque argumento que la compañía no se haría responsable de los efectos colaterales.
El mandatario es uno de los que se ha mostrado más escépticos en Suramérica desde que se declaró la pandemia, a pesar de que él tuvo el virus y su hijo mayor también estuvo infectado.
«En el contrato de Pfizer está bien claro: ‘no nos hacemos responsables por cualquier efecto colateral’. Si te vuelves un caimán, es tu problema», aseguró el presidente.
También se atrevió a hacer otros cuestionamientos: «Si te conviertes en Superman, si le sale barba a alguna mujer o si un hombre empieza a hablar agudo, Pfizer no tienen nada que ver con eso. Lo peor es meterse con el sistema inmunológico de las personas».
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Cabe recordar que el mandatario siempre ha desestimado la gravedad de la pandemia y se ha opuesto a los desarrollos para atacar el virus.
La vacuna de Pfizer entró en su tercera fase de pruebas en Brasil. En otros países ya ha empezado la fase de vacunación a los ciudadanos.
Bolsonaro aseguró que no se iba a vacunar, a pesar de que la Corte Suprema autorizó a los gobernantes a que establecieran como obligatoria la vacuna contra el COVID-19.
«Algunos dicen que estoy dando un pésimo ejemplo. Para el imbécil, idiota, que dice que yo doy un pésimo ejemplo: yo ya tuve el virus, ya tengo anticuerpos, ¿para qué tomar la vacuna de nuevo?», finalizó el presidente de Brasil.