Parece historia de película de terror: niño de cuatro años fue dado en adopción, pero sufrió malos tratos y abuso sexual. En la zona rural de Ibagué, el menor fue entregado por sus padres a un hombre que lo necesitaba, supuestamente, para que acompañara a su madre, una mujer de la tercera edad.
Esto ocurrió en 2009. Dos años después, cuando el pequeño había cumplido sus seis años de vida, empezó el calvario: según el testimonio de la víctima, el hombre empezó a maltratarlo y lo obligaba a realizar trabajos pesados en la finca donde vivían, como cargar leña y arriar ganado.
«Un testigo aseguró haber visto al menor mal vestido y comiendo en las porquerizas, lo que evidenciaría un trato humillante y fuerte en su contra», indicó la Fiscalía. También era sometido a castigos severos que hoy, a sus 15 años, todavía se notan por las cicatrices en sus brazos causadas por golpes con un machete.
En 2015, cuando la víctima tenía 10 años, habría empezado a ser víctima de abuso sexual. Este hecho se repitió hasta 2017. «Cansado de esta situación el joven escapó siendo acogido por un vecino y, posteriormente, se fue con un hermano mayor y volvió a la casa de sus padres biológicos», añadió el ente acusador.
Gracias a una vecina, el adolescente se animó a denunciar los abusos ante el las autoridades. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar restableció sus derechos y puso el caso en conocimiento de la Fiscalía. Esta semana, el presunto violador fue cobijado con medida de aseguramiento en la cárcel por los delitos de trata de personas agravado, en concurso heterogéneo con acceso carnal violento agravado.
ASÍ OCURRE EL ABUSO SEXUAL INFANTIL
Con frecuencia, el abusador sexual se encarga de preparar al niño para que su agresión permanezca en secreto. Las acciones pueden ir desde la entrega de regalos hasta la formulación de amenazas, que logran sembrar terror o anticipar una culpabilidad en la pequeña víctima.
“Le dice que la familia se va a diluir si cuenta la verdad, o que su madre y sus hermanitos serán agredidos. Todo abusador tiene problemas de control de impulsos y seguramente ejerce violencia intrafamiliar. Ese es uno de los motivos para que el niño no reporte lo que está sucediendo, pues quiere proteger al resto de sus seres queridos”, explica la doctora Mónica Vejarano, quien dirige la Asociación Creemos en Ti.
En un niño, señales como la dificultad para comunicarse, el ensimismamiento, los síntomas depresivos, la decisión de no compartir con sus amigos, las alteraciones de sueño o de alimentación y todo lo que represente cambios significativos en su comportamiento habitual puede indicar que está siendo víctima de abuso sexual.
LÍNEAS DE APOYO Y DENUNCIA DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL:
- 141 – Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
- 106 – ONG Corpolatin
- 123 – Policía Nacional