Tras el anuncio de que la versión número 63 de la Feria de Cali se resumirá en seis eventos virtuales y gastará los $11 mil millones aprobados por el Concejo desde 2019, varios sectores han manifestado inquietudes y desacuerdos. Concejales, ciudadanos y activistas cuestionan la forma de realizar uno de los eventos más importantes del año en la ciudad, en el marco de una emergencia sanitaria.
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Según el alcalde Jorge Iván Ospina, esta será la oportunidad para que los espectáculos se desarrollen con el uso de tecnologías digitales. “No es muy caro cuando nuestros artistas llevan un año pasándola mal. Es una inversión en la esencia del individuo para forjar una cultura identitaria sólida y proyectar nuestra ciudad hacia el mundo”, dijo el mandatario.
La Feria virtual incluirá eventos tradicionales como el Salsódromo, el Encuentro de Melómanos y Coleccionistas, el Carnaval del Cali Viejo, el Día del Pacífico y un concierto con artistas locales e internacionales, actividades que se transmitirán por televisión y redes sociales de manera gratuita. También se planean ‘encuentros bioseguros’ en las comunas, dependiendo del comportamiento de la pandemia.
Para Alejandro Eder, excandidato a la Alcaldía de Cali, resulta inaceptable que se emplee el mismo presupuesto destinado los años anteriores para las ferias presenciales, en tanto la virtualidad disminuye los costos. “Es cierto que los artistas necesitan apoyo, pero había que apoyarlos todo el año, no solo durante unos días. Tenemos que exigir que haya un uso racional de los recursos, más acorde a la emergencia sanitaria que estamos viviendo”, dijo Eder.
Piden explicaciones
Desde el Concejo de Cali han surgido varias inquietudes. Para la concejala Diana Rojas, trasladar la Feria a la virtualidad impedirá que se movilicen economías locales, lo cual ha sido uno de los grandes logros de este evento a lo largo de los años. Además, no existe claridad sobre cómo se invertirán los recursos.
“Es importante saber cuáles son los eventos para determinar el costo-beneficio y tener claridad del presupuesto que se destina a los artistas, más aún cuando no se van a necesitar graderías, entamborados, plantas eléctricas, baños, entre otros. La información de la administración se queda en exposiciones conceptuales, sin la claridad del uso de los recursos”, afirmó Rojas.
La corporación, a través de la concejala María Isabel Moreno, hizo una proposición para citar al gerente de Corfecali y aclarar todas las dudas con relación a la Feria. Por su parte, el concejal Fernando Tamayo expresó su apoyo a la realización virtual de los eventos, pero pidió que se revisara la cifra de inversión.
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“La ciudad tiene una deuda histórica con el sector cultural y estoy absolutamente de acuerdo con que la Feria virtual nos va a permitir darles trabajo a estas personas. Lo que considero necesario es revisar la cifra de lo que se va a invertir en este proceso”, aseguró Tamayo.
Por su parte, el politólogo Gustavo Orozco, representante del grupo de activismo ciudadano Objetivo Cero, indicó que una inversión tan alta resulta injustificada si se tiene en cuenta que no va a dar los mismos réditos: “La inversión que hace el municipio cada año en la Feria de Cali se justifica con los encadenamientos y el impacto económico que tiene en la ciudad. Este año, con los eventos virtuales, el impacto no será el mismo”.
Nuevas ideas
Entre quienes se oponen a que Cali invierta $11 mil millones en la realización de una feria virtual durante la pandemia y quienes consideran que es una oportunidad para reactivar la economía y apoyar a los artistas están los que plantean una modificación de los eventos, con el fin de que generen mayores beneficios para los ciudadanos.
El concejal Juan Martín Bravo, por ejemplo, ha propuesto que la Feria se extienda durante todo el mes de diciembre y no se limite a cinco días de eventos, en tanto el presupuesto asignado desde el año pasado no se puede destinar a otros usos y se perdería en caso de no utilizarse. La otra opción que tiene el alcalde, según Bravo, es aplazar la realización.
“Creo que la mejor opción es hacer la Feria, pero maximizando el presupuesto. Es decir, que no se hagan solamente seis actividades sino muchas más y que se muestren por todas las plataformas institucionales. Otro asunto es que, si se va a hacer una inversión de $11 mil millones, que no contraten artistas internacionales para que los recursos se queden aquí. Tenemos artistas, productores y músicos muy buenos”, explicó Juan Martín.
Para Nicholas Benedetti, politólogo y consultor en políticas públicas de turismo, la Alcaldía debe pensar en una Feria que no sea exclusivamente virtual. “La fortaleza de la Feria es la activación del comercio formal e informal. Una manera de lograrlo es tener ‘miniferias’ regadas por la ciudad. Estamos en Cali: si la oferta no es formal, igual los caleños van a hacer su feria”, aseguró Benedetti.