Esto es totalmente preocupante. Se descubrió que la COVID-19 es capaz de infectar células del tejido cerebral y puede provocar «alteraciones significativas» en la región del córtex.
La investigación, la cual fue realizada por 74 científicos de varias instituciones brasileñas y las universidades de Campinas y Sao Paulo, detalló los efectos del SARS-CoV-2 en el cerebro, específicamente en los astrocitos.
«Mostramos por primera vez que, de hecho, (el coronavirus) infecta y se replica en los astrocitos y que ello puede disminuir la viabilidad de las neuronas», explicó Daniel Martins-de-Souza, uno de los coordinadores del estudio.
El investigador apuntó que había «grandes dudas» sobre si la disfunción cerebral registrada en algunos pacientes era consecuencia de una «inflamación sistémica», o si realmente el coronavirus perjudicaba directamente el funcionamiento de las células nerviosas o las infecta.
«Nuestros resultados indican que el SARS-CoV-2 puede entrar en las células cerebrales y afectar su funcionamiento», completó.
Los expertos detectaron la infección de este tipo de células a partir de un análisis realizado en los tejidos cerebrales de 26 pacientes que murieron por la COVID-19.
La presencia del coronavirus fue confirmada en las 26 muestras estudiadas y en cinco de ellas se registraron además «alteraciones que sugieren un posible perjuicio al sistema nervioso central».
«Observamos en esos cinco casos señales de necrosis e inflamación, como edemas o lesiones neuronales de otro rango», indicó Thiago Cunha, profesor de la USP.
Los investigadores estudiaron a 81 pacientes, quienes no tuvieron la necesidad de ser hospitalizados. Sin embargo, los análisis se produjeron 60 días después de la fecha diagnóstico y revelaron que un tercio de los participantes todavía presentaba síntomas neurológicas.
Las principales quejas fueron dolores de cabeza (40 %), fatiga (40 %), alteración en la memoria (30 %), ansiedad (28 %), pérdida de olfato (28 %), somnolencia diurna (25 %), depresión (20 %), pérdida del gusto (16 %) y de la libido (14 %).
«Observamos atrofia en áreas relacionadas, por ejemplo, con la ansiedad, uno de los síntomas más frecuentes en el grupo estudiado. Considerando que la prevalencia media de trastornos de ansiedad en la población brasileña es del 9 %, el 28 % que encontramos es un número elevado y alarmante», señaló la profesora Clarissa Yasuda, del Instituto de Pesquisa sobre Neurociencia y Neurotecnología.