José Javier Muñoz, un hombre de 43 años y oriundo de Miranda, Cauca, falleció el pasado 6 de octubre en África luego de tener un accidente laboral.
Según su sobrina, cayó desde una estantería alta y tuvo una fractura craneoencefálica. Quedó en coma y los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida.
Hasta ese continente había viajado hacía dos años para buscar mejores oportunidades laborales. Allá trabajaba en una empresa distribuidora de productos comerciales que lo contrató desde que estaba en Colombia.
Por asuntos políticos, la familia no ha podido repatriar el cuerpo. Según indican sus parientes, las regulaciones de seguridad en el trabajo son complejas para un ciudadano extranjero.
De acuerdo con su sobrina, las aerolíneas han confirmado disponibilidad de vuelos para tramitar la repatriación, pero es la compañía empleadora la que da la negativa.
Además, hay otras circunstancias que han despertado sospechas. Por ejemplo, se comunicaron con otro pariente que trabaja para la misma empresa en otra ciudad y este les dijo que el dueño de la distribuidora le había ofrecido un mejor puesto a cambio de que dejaran enterrar a Javier en África.
Una hermana de la víctima teme que el cuerpo sea sepultado en una fosa común al no tener ningún responsable cerca.
Sus padres también están pasando por un momento muy difícil y anhelan, al menos, ver el cuerpo por última vez para darle cristiana sepultura.
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