Las salidas en falso y la desinformación generada por la Alcaldía de Jorge Iván Ospina han sido escena repetida durante la emergencia sanitaria que atraviesa el país. En varias ocasiones, las medidas anunciadas por el mandatario y por sus funcionarios son contradictorias y, además, difieren de lo que se publica en las redes sociales oficiales.
El enredo más reciente ocurrió este martes, cuando se suponía que debía salir un nuevo decreto que definiera los lineamientos en cuanto a salud, orden público y reactivación económica, pues el decreto anterior se vencía a la media noche. Hasta pasadas las 10:00 p.m. no se tenía información del documento, lo que indicaba que para el día siguiente no habría medidas como el pico y cédula.
“Lo que hicimos entonces fue publicar que no había pico y cédula, pero que seguíamos en una cuarentena general”, cuenta Andrea Sarria, periodista del portal web TuBarco. Sin embargo, la mañana del miércoles se compartió un decreto en el grupo de WhatsApp de la Alcaldía de Cali que, según la fecha, había sido emitido y publicado el día anterior.
“La jefe de Comunicaciones nos salió con que sí había un decreto. Quedamos como mentirosos, cuando desde la noche anterior se les estaba pidiendo la información. No hubo claridad y estos errores son reiterativos”, añade Andrea. En efecto, momentos después de que se compartiera, el decreto fue publicado en la página de la Alcaldía con un tachón en la fecha.
Para María del Pilar Aguilar, directora de la Agencia de Noticias Hoy, lo más grave es que la administración municipal no hace rectificaciones cuando comparte información inexacta: “Como periodistas tenemos que salir a dar la cara porque, además de que se equivocan, en la Oficina de Comunicaciones no dicen nada sino que borran la información de sus redes sociales. Queda la sensación de que el error fue del medio de comunicación”, indica Aguilar.
Esto fue lo que sucedió el pasado 17 de junio, cuando se acercaban el Día sin IVA y el segundo festivo del mes. En una rueda de prensa, el alcalde Jorge Iván Ospina se refirió a unas medidas y horarios relacionados con el toque de queda y la ley seca, pero el secretario de Seguridad y Justicia, Carlos Rojas, dijo algo distinto en otra declaración.
Como si fuera poco, en la página web y en la cuenta de Twitter de la Alcaldía de Cali se publicó una información diferente. “Se percibe una falta de articulación entre los que manejan las redes sociales, los que comparten información en el grupo oficial y el mismo alcalde. Hacen anuncios que no están oficializados en un decreto y luego los cambian cuando ya han salido en los medios”, dice Camilo Osorio, subeditor web del diario El País.
Aunque los periodistas reconocen que el contexto actual es atípico, la emergencia ha dejado al descubierto que hay una fractura entre la Oficina de Comunicaciones y los altos funcionarios. “Creo que el problema no es de los comunicadores de la Alcaldía sino del alcalde y sus secretarios. La información no está fluyendo de una manera expedita y esto dificulta su transmisión”, opina Gerardo Quintero, jefe de redacción del Noticiero 90 Minutos.
Sin embargo, nada justifica los malos tratos. “Hay que tener paciencia y entender que los funcionarios también están aprendiendo de esta situación. A muchos colegas de la Alcaldía los han tratado muy mal y esa tampoco es la medida”, agrega Quintero.
¿Qué se puede hacer?
Según Andrea Bernal, magistra en Comunicaciones y Mercadeo Político, la comunicación es el último eslabón en una larga cadena de procesos y la oficialización de un mensaje pasa por muchos filtros. En una institución tan grande como una alcaldía, puede que se omitan algunos pasos o las dependencias no se comuniquen de forma correcta.
“Los ciudadanos terminan locos porque no saben a quién creerle. Los anuncios oficiales se podrían manejar con una rueda de prensa en la que estén las entidades involucradas, se haga un despliegue de las medidas por redes sociales y se advierta que es posible que lleguen ajustes en las próximas horas”, señala Bernal.
También es importante que las normas se definan de forma clara para la gente. En Cali, las constantes rotaciones del pico y cédula y un extinguido ‘pico y vida’ (que incluía pico y placa) han generado aún más confusión. “Se deben manejar mensajes muy simples. Las tablas de Excel y las largas columnas con fechas y números son muy interesantes para alguien acostumbrado a leer decretos, pero no corresponden a los intereses de la ciudadanía”, agrega Bernal.
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