El sector educativo ha sido uno de los más afectados por la emergencia de la COVID-19. Este año ha sido de grandes retos tanto para docentes, como para estudiantes, padres de familia y personal administrativo, quienes tuvieron que migrar sus actividades hacia el mundo virtual, sin perder su objetivo principal: brindar y recibir una educación de calidad.
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Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (Unesco), cerca de 1370 millones de estudiantes en 138 países se vieron afectados por el aislamiento, que produjo el cierre de colegios y universidades.
En Colombia, el Ministerio de Educación dio a conocer cuáles serán las medidas para el sector educativo que tomó el Gobierno, con el fin de garantizar la continuidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Las Instituciones de Educación Superior empezarán con una etapa de preparación y evaluación durante junio y julio y definirán los protocolos que les permitirán reanudar sus actividades académicas desde agosto, alternando la presencialidad con la educación virtual.
Pero, ¿cuáles han sido los más grandes desafíos de la educación desde casa y qué pasará con ella una vez se termine la cuarentena?
Wilder Escobar, director de posgrados de la Facultad de Educación de la Universidad El Bosque, reveló en diálogo con PUBLIMETRO que, si bien muchos profesores tienen una larga trayectoria significativa con la enseñanza en línea, otros han tenido que aprender en corto tiempo cuáles son las herramientas necesarias para un aprendizaje virtual. Por un lado, los docentes han tenido que alternar la creatividad, con la creación y el diseño para entregar una educación óptima y de cara a sus objetivos.
Sin embargo, también se ha convertido en una cadena de retos para los estudiantes, quienes han tenido que entender que la educación virtual requiere de autorregulación, autonomía, disciplina, flexibilidad y, sobre todo, compromiso para empoderarse y apropiarse de su propio proceso.
“Los aspectos de la educación virtual necesitan adquirirse desde edades tempranas y este es un momento perfecto para esto. Por qué no pensar en introducir estos aspectos desde preescolar, para que cuando ellos avancen en su trayectoria ya tengan formadas algunas de esas competencias y cuando lleguen a la educación superior no tengan dificultades”.
¿Continuar con la educación virtual?
Aunque algunas instituciones educativas ya venían trabajando en la virtualidad desde hacía varios años, lo que hizo la pandemia fue acelerar este proceso para quienes no la tenían y potenciarlo donde ya existía.
En cuanto a la continuidad de la formación en línea, Escobar asegura que es prudente aprovechar el confinamiento como una oportunidad para mejorar los procesos de enseñanza, se deben mantener los cursos y programas virtuales. Cuando pase esta coyuntura y se vuelva en algún grado a la presencialidad, la virtualidad va a estar mucho más avanzada, pues las instituciones han tenido grandes iniciativas de fortalecimiento y formación pedagógica en sus docentes, con el fin de mantener la calidad de su educación.