Greenpeace aseguró este jueves que la contaminación con dióxido de nitrógeno (NO2), generada principalmente por la utilización de vehículos y en fábricas, bajó un 27 % en Bogotá como consecuencia de la cuarentena por el coronavirus, pero alertó que la ciudad no puede depender de una pandemia para respirar un mejor aire.
«Los monitoreos muestran que las peligrosas emisiones de dióxido de nitrógeno en la ciudad se redujeron un 27 % con respecto a las cifras de igual período del año pasado», dijo la ONG ambientalista Greenpeace en un informe.
Sin embargo, la organización precisó que «la nueva normalidad no puede ser sinónimo de convivir con la vieja contaminación que nos ha acompañado por ya demasiado tiempo. Es hora de tomar decisiones importantes, donde los espacios públicos, las ciclovías y el transporte sustentable sean los nuevos protagonistas».
CUARENTENA FAVORECE AL AIRE
Colombia comenzó el aislamiento preventivo obligatorio el pasado 25 de marzo para evitar la propagación del COVID-19.
La medida, que incluye la limitación de la circulación de los ciudadanos, hizo que la producción industrial, el transporte público y la utilización de vehículos y motos particulares bajara.
«La disminución de las emisiones fue evidente en las cuatro primeras semanas de aislamiento en donde la restricción de movilidad fue total. Las cifras, comparadas con 2018 y 2019, son muy notorias a la baja», comentó la ONG.
Pero, una vez comenzó el proceso de reactivación de algunas industrias y la flexibilización en la salida de los ciudadanos, las cifras mostraron un incremento.
Por ello, los expertos de Greenpeace consideraron que «es claro que cada vez que se flexibilizan las medidas de aislamiento se genera un incremento de este peligroso gas».
ENEMIGO DE TODOS
El NO2 es uno de los principales contaminantes en las ciudades y en la naturaleza se genera por los incendios forestales y las erupciones volcánicas.
De acuerdo con Greenpeace, el contaminante es especialmente peligroso y se origina básicamente debido a la quema de combustibles fósiles, emisiones de fábricas, centrales termoeléctricas y de manera especial en los escapes de los automóviles.
El dióxido de nitrógeno, además, es un agente que produce graves impactos en la salud, especialmente vinculadas con cuestiones respiratorias, como bronquitis aguda, reducción en la capacidad de los pulmones, problemas cardíacos y cáncer.
Por lo anterior, la ONG hizo un llamado para «democratizar las vías públicas, ampliar el espacio designado a ciclistas, peatones y medios de transporte limpios».
Asimismo, destacó de manera especial el necesario aumento de ciclovías, no solo para proteger a la ciudadanía de posibles contagios sino también para asegurar aire limpio para una mejor calidad de vida para los bogotanos».
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