Antonio es líder social y activista político, pertenece a una organización en la que trabaja en Derechos Humanos. En octubre del 2019 por su labor recibió amenazas de muerte y eligió al país gaucho como refugio.
Salió de Medellín con dos maletas a cuestas y con la esperanza de seguir su lucha social desde el exilio. Sabía que debía seguir preparándose y se enfocó en terminar su especialización en Métodos y técnicas de investigación social y en aplicar a un doctorado en Sociología.
En diciembre se reunió de nuevo con su pareja y planearon un 2020 distinto. Un año en el que cambiarían de país y podrían reiniciar una nueva vida, pero era la vida la que les tenía otros planes.
Cambio de planes
Cuando todo estaba listo para iniciar el doctorado, el 18 de marzo, llegó la cuarentena y los planes se esfumaron. “Me dieron la aceptación al doctorado el 12 de marzo y once días después inició la cuarentena. Ahí comenzaron todos mis problemas”, dice mientras recuerda ese instante y aparecen silencios entre sus palabras.
Un negocio familiar era la fuente del sustento que Antonio tenía para su estadía en Buenos Aires. “Mi tía me enviaba recursos, pero mi tío se enfermó de cáncer y murió. Con la tragedia me quedé sin ayuda en medio de la pandemia”, cuenta como si no creyera por todo lo que ha pasado.
Antonio debió recurrir a sus compañeros de lucha, quienes le han ayudado con lo que han podido. Sin embargo, no ha tenido los recursos para pagar la casa en la que está viviendo ni su sustento diario.
“Estoy en esta casa todavía porque por la legislación no me pueden echar. Pero tengo encima a la inmobiliaria preguntándome todos los días qué voy a hacer. Estoy esperando es a que me saquen de acá porque no tengo con qué pagar”, dijo el líder social.
Como si fuera poco, Antonio tampoco tiene con qué comer. “Quedé a la deriva alimenticia”, dice mientras su voz pierde fuerza al hablar.
El contacto con el consulado
Recuerda que el primer contacto que estableció con la Embajada de Colombia en Argentina fue a través de un correo electrónico. “Eso fue el 26 de abril, fue un sábado, un día que estaba profundamente desesperado. Les escribí por el WhatsApp y por correo”.
Sin embargo, la última vez la respuesta lo alteró y les respondió que: “‘A mí no me interesa llenar otra vez el formato’ (documento que contiene todos los datos y que es requerido por los consulados). Les dije que no había recibido información sobre la posibilidad de tomar el vuelo y que cuando podría tener un correo con esa información”.
“Aquí Aerolíneas Argentinas se ofreció a darle el regreso a muchos colombianos, pero no hicieron nada en la Cancillería ni el Gobierno Nacional y ese vuelo se fue solo”, comenta y agrega: “¡Yo quiero la repatriación, quiero regresar. No quiero nada más!” es la súplica que Antonio repite una y otra vez.
Los vuelos humanitarios
María Lara, directora de Asuntos Corporativos de Latam, explicó que: “los vuelos de repatriación que hemos llevado a cabo desde Argentina han sido coordinados con la Embajada y el Consulado de Colombia en ese país. Para Latam ha sido prioritario transportar a nuestros pasajeros varados en Argentina por el cierre de fronteras de los dos países. Sin embargo, hemos transportado pasajeros de otras aerolíneas y pasajeros en condiciones de vulnerabilidad”.
Además, agregó que en el último vuelo para personas que no contaban con tiquete, “se les brindó la posibilidad de acceder a una tarifa humanitaria de USD140”.
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La frase
“¡Yo quiero la repatriación, quiero regresar. No quiero nada más!”, Antonio, líder social colombiano atrapado en Argentina.
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Las cifras
- 224 casos han sido atendidos por Asistencia Social entre marzo y mayo por el Consulado de Colombia en Argentina, según cifras de la Cancillería.
- 244 colombianos han sido repatriados en dos vuelos humanitarios desde Argentina.
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