El caso de Edy Fonseca, la mujer que fue obligada a trabajar continuamente como vigilante en un edificio del norte de Bogotá, tomó un nuevo rumbo.
Luego de que Fonseca fuera trasladada de urgencias a un centro médico por un coma diabético, se reveló la grave situación de la mujer. Durante 25 días estuvo prácticamente secuestrada en un edificio del sector de Rosales, norte de Bogotá. Allí debía permanecer las 24 horas del día, siete días a la semana vigilando el edificio. Pero esta situación sería solo una de las irregularidades que se habrían registrado en su caso.
Según el diario El Tiempo, la Superintendencia de Vigilancia y el Ministerio del Trabajo ya habían recibido quejas de sus vigilantes. Una había sido radicada por uno de los trabajadores, mientras que otra fue presentada de manera anónima. Las quejas fueron interpuestas contra el edificio Luz Marina de Maez hace más de un año, pero ninguna entidad había actuado.
Así, el caso de Edy Fonseca tendría nuevas irregularidades. La ley exige que los celadores y vigilantes sean contratados mediante empresas constituidas legalmente. Pero la mujer y otros dos vigilantes habían sido contratados directamente por el edificio, de manera irregular. De hecho, Fonseca no solo cumplía con labores de celaduría, sino también de aseo.
Entre tanto, la salud de Edy se encuentra en muy mal estado. Fue trasladada a la Clínica de Occidente, según su abogado, por complicaciones de salud provocadas por su encierro. «Por momentos pierde la lucidez, deja de reconocer a sus hijas. Aunque todavía no hay un parte médico oficial, su estado de salud en este momento es muy delicado”, afirmó su abogado.
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