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Coronel vinculado con falsos positivos hizo horrorosas revelaciones

El coronel Gabriel de Jesús Rincón le reveló a la Agence France Presse (AFP) terribles detalles sobre las ejecuciones extrajudiciales. Rincón estuvo en el Ejército 22 años. Su carrera militar se interrumpió con una condena por desaparición y homicidio.

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Entre 2006 y 2008 fue oficial de operaciones de la Brigada Móvil 15, con jurisdicción en Norte de Santander. En esa época, la morgue del municipio de Ocaña se llenó de cuerpos sin identificar de presuntos guerrilleros y delincuentes.

Sin embargo, los cadáveres pertenecían a civiles asesinados. “Yo no maté, pero sí predispuse para que los hechos se cometieran”, dijo el coronel Rincón. Este fue uno de los sucesos del peor escándalo de sangre que han tenido las Fuerzas Militares de Colombia durante el conflicto armado.

Jóvenes engañados

Cuando el tanatorio de Ocaña se llenó, la Alcaldía y la curia gestionaron el traslado de 25 cuerpos a una fosa común en el paraje Las Liscas. En ese proceso, algunos cadáveres fueron identificados como restos de civiles desaparecidos semanas atrás, que eran buscados por sus familias a varios kilómetros.

De acuerdo con el coronel Rincón, los presuntos guerrilleros eran jóvenes pobres que habían sido llevados a Ocaña desde Soacha con engaños.

“Apoyé a algunas unidades en darles algunos medios. Hablo de suministrarles armamento para hacerlos pasar como muertos en combate”, confesó el militar. Estos mismos detalles los reveló frente a los jueces de paz y las familias de las víctimas, pues se encuentra en un proceso de verdad y justicia con el que busca una rebaja de pena.

En esa época, los militares contaban los cuerpos con el fin de mostrar resultados de la guerra contra la guerrilla y los paramilitares. “No denuncié y permití que las unidades que se encontraban en el área de combate hicieran esas prácticas”, añadió Rincón.

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Todo esto ocurrió desde 2002, cuando Álvaro Uribe Vélez llegó a la Presidencia de la República. Sin embargo, el exmandatario y hoy senador no ha reconocido su responsabilidad en las ejecuciones extrajudiciales.

Como recompensa por asesinar supuestos integrantes de grupos subversivos, los militares recibían días de descanso, medallas, felicitaciones en sus currículos o proyecciones de ascenso.

El coronel Rincón estuvo cerca de 10 años en prisión y en 2017 fue condenado a 46 años por el crimen de cinco jóvenes que vivían en Soacha y que fueron reseñados como ‘caídos en combate’.

Los jóvenes, cuyas edades oscilaban entre los 20 y 25 años, fueron llevados a Ocaña con la promesa de ganarse un ‘dinero fácil’. Los encargados de reclutarlos fueron dos civiles, que actuaban en equipo con un sargento.

La madre de uno de los jóvenes de Soacha contó que a su hijo y a otros dos chicos los emborracharon y los llevaron hacia un falso retén del Ejército. “Allí los reclutadores los entregaban. Al otro día amanecían muertos”, explicó la mujer. Los tres jóvenes terminaron presentados como miembros de una banda criminal.

Falsos positivos

La Fiscalía General de la Nación ha conocido 2248 ‘falsos positivos’ entre 1988 y 2014. Se trata de presuntas ejecuciones de delincuentes que, en realidad, son civiles asesinados a sangre fría.

La mayoría de las ejecuciones extrajudiciales ocurrieron entre 2006 y 2008, durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez. “Las instigaciones hacia los comandantes eran de tal manera que tenían que dar resultados como fuera. Ese ‘como fuera’ los llevaba a que cometieran esos asesinatos dándoles visos de legalidad”, añadió el coronel Rincón.

Una estimación de Naciones Unidas sugiere que hubo hasta 5000 falsos positivos. Por lo pronto, la Fiscalía investiga a 29 generales del Ejército que podrían estar relacionados con estos crímenes.

Los ‘aportes’

Otra de las escabrosas confesiones del coronel Rincón está relacionada con su llegada a la Brigada Móvil 15, en el año 2006. Según él, allí fue abordado por el general Mario Montoya, quien luego fue comandante del Ejército y que ahora también comparece ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Rincón contó que Montoya le preguntó cómo iba a aportar a la guerra y cuántos muertos iba a poner. “Le dije, pero muertos de dónde, yo no tengo ninguna funcionalidad operacional. Entonces él, no sé si de forma jocosa pero sí directa, me dijo: ¿Y por qué no saca unos tipos de allá de la morgue, los viste con uniforme y los reporta como resultados?”.

Además, en ese cargo supo que había un ‘Top 10’ de unidades militares cuyos éxitos eran medidos por los muertos que reportaran. “Si alguien no estaba dando resultados tenía que irse de la institución”, afirmó Rincón.

El coronel se sometió a la JEP y en 2018, luego de pedir perdón, recobró su libertad temporalmente a cambio de contar la verdad y reparar a sus víctimas. En noviembre fue víctima de un atentado fallido y recibió protección estatal.

Lo que viene es el careo de Rincón con los familiares de las víctimas. “Va a ser muy difícil que nos veamos cara a cara, víctima a victimario”, finalizó el coronel.

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