Los movilizó la pasión del mundo. Hasta el fin del mundo, como de forma coloquial se le dice al país más al sur de América, llegaron los hinchas de Independiente Medellín para lo que parecía una misión imposible: ganarle a Boca Juniors en La Bombonera. Lo fue, pero la aventura estuvo lejos de terminar cuando el juez pitó el final de aquel 3-0 contundente.
Una vez culminó el partido del 10 de marzo, por el grupo H, comenzó un encuentro mucho más difícil para ellos: retornar a su país. La pandemia del coronavirus creció de manera inusitada para esa fecha y las fronteras de los países suramericanos fueron cerradas, atrapándolos sin dinero ni comida en las calles de Buenos Aires.
- Copa Libertadores | Fue el pretexto para trasladarse hasta Argentina y vivir el partido entre Boca Juniors y el Poderoso de la Montaña. Nunca imaginaron que la expansión de la pandemia los atraparía allá.
Los integrantes de la barra Rexistenxia Norte decidieron emprender el camino a casa cruzando fronteras por tierra, tal cual fue su arribo a territorio patagónico. Sin embargo, algunos fueron detenidos en la provincia de Jujuy y ‘deportados’ a Buenos Aires, mientras que otro grupo comenzó a rebuscarse la vida en una desolada capital argentina que los aisló, a la espera de una solución diplomática desde Colombia, que hasta ahora llegó a medias.
El 4 de mayo regresaron 18 de los integrantes de la afición poderosa al país, algo que Cancillería y el propio club deportivo exhibieron como un triunfo. Sin embargo, 19 más continúan en Argentina y otros 10 están atrapados en otros países suramericanos. Mientras su gobierno no les resuelve, ellos viven el día a día con un futuro incierto e implorando no ser olvidados por su propio país. PUBLIMETRO los contactó para conocer sus historias, a la espera de un pronto regreso.
El drama de los hinchas del DIM en Argentina: la travesía que se convirtió en su cárcel
Atrapados en Buenos Aires
Liitox es uno de los 19 hinchas que se encuentra todavía en Buenos Aires, en el barrio San Fernando de la localidad de Tigre, al norte de la ciudad. Allí se encuentra con cuatro compañeros viendo pasar los días y buscando como sobrevivir con los pocos recursos que aún les quedan.
“Aquí nos recibieron los hinchas del Club Atlético Tigre con quienes tenemos una amistad desde hace mucho tiempo. Ellos vieron la situación y nos recibieron en sus casas cuando nos devolvieron de la frontera mientras llega la ayuda para poder regresar”, dice Liitox.
El joven hincha del DIM agradece el gesto de los hinchas argentinos que le ofrecen un lugar en donde quedarse. “Contamos con un techo, estamos bien de salud. Pero es muy difícil sobrevivir porque la plata no alcanza para nada”.
Desde hace 10 años sigue al Poderoso de la Montaña. A sus 24 años ya recorrió toda Suramerica, lo que le permitió establecer relaciones con otros hinchas. Hoy, esos amigos de paso han sido la salvación para él y sus parceros.
“Estamos esperando que nos ayude la Embajada a ver si nos pueden decir cómo y cuándo vamos a regresar a Colombia”, afirma en un mensaje de Whats App con una voz en la que conviven la esperanza y la angustia.
“Necesitamos volver”
Más al sur de Buenos Aires, en otro hogar de paso está Daniel Montoya. Se encuentra en Virreyes (centro-oriente de la provincia), con otros cinco compañeros. Su situación es igual de compleja que la de Liitox. “Llevamos casi dos meses por acá. Nos hemos sostenido con nuestros fondos y con lo poco o lo mucho que cada uno puede hacer. De Cancillería solo presionaron al comienzo, pero por el otro grupo que estaba en La Quiaca. Fue más por presión del Gobierno argentino porque había un problema entre provincias y fue algo ilegal lo que les hicieron”.
El contacto con la Cancillería ha sido mínimo. “En algún momento nos pidieron los datos, nos dieron un número, pero no nos responden sobre lo que está pasando”, relata mientras aguarda la llamada que los salve de la ansiedad en la que viven.
“Creo que la repatriación es un derecho que como ciudadano colombiano tenemos y más en estos casos cuando se presenta una pandemia. Necesitamos volver. Al ver que ya se llevaron a los primeros todos estamos a la expectativa, algunos con mayor ansiedad porque encerrados y lejos estamos afectados psicológicamente”, reflexiona.
Irse a dormir, con la incertidumbre como almohada
“Buscar la comida es lo duro, lo que se va a comer en el día a día”, relata Pastor López, integrante de otro grupo regado en Buenos Aires, ellos en San Miguel. A pesar de que aguarda que la Cancillería se apiade de ellos, no tiene cabeza para esperar esa llamada de brazos cruzados ya que en cada jornada se juega la vida.
Hacer dinero para pagar un arriendo durante una cuarentena es una tarea titánica. Acostumbrados al rebusque, a veces se les hace imposible recaudar la ‘guita’ en medio de una ciudad fantasma y con la persecución policial a cuestas. Estigmatizados, el abuso de autoridad es uno de los principales problemas que sortean Pastor y su gente a diario mientras anhelan volver a casa.
“Los argentinos con nosotros han sido muy buenas personas. Claro, no falta el que pordebajea al colombiano, pero la mayoría nos han brindado la mano. La Policía nos ve en la calle consiguiendo el diario y no nos deja vender confites y nos hacen entrar”, cuenta Pastor.
Más allá de los momentos de desesperanza a veces, Pastor y su gente no pierden el folclor. La cumbia, el reggaetón y los ritmos colombianos los acompañan como banda sonora, haciendo más llevadera una cuarentena que comenzó el 15 de febrero, cuando salieron de Colombia, y para ellos sí se antoja interminable.
- Cancillería | Organizó un vuelo de repatriación de ciudadanos colombianos en Argentina para el 16 de mayo, pero los hinchas del Medellín hasta el momento no están incluidos en la lista de viajeros porque no tienen tiquetes comprados.
Liitox, Daniel, Pastor y todos los integrantes de la barra varados en tierras gauchas recibieron con ilusión la noticia de que el 16 de mayo habrá un vuelo de repatriación hacia Colombia desde Buenos Aires. Sin embargo, entre las condiciones que publicó la Cancillería está tener el tiquete comprado con anterioridad, algo que para ellos es imposible porque planeaban retornar por carretera.
PUBLIMETRO consultó con Cancillería, que afirma que el embajador Álvaro Pava Camelo se hará cargo del asunto por propia cuenta. No obstante, a pocas horas de que el avión despegue del aeropuerto internacional de Ezeiza, el teléfono para ellos no suena con la llamada que los rescate de un destino incierto.