Coronavirus

Los políticos latinoamericanos que se refugian en la religión para luchar contra el COVID-19

Los políticos latinoamericanos que se refugian en la religión para luchar contra el COVID-19, demostrando que la religión sigue siendo importante en la zona

Varios líderes de países en el mundo han desviado la atención sobre la pandemia de coronavirus. Los políticos latinoamericanos que se refugian en la religión para luchar contra el COVID-19.

En Latinoamérica, varios mandatarios han apelado al liderazgo divino para fortalecer su posición frente a un nuevo «apocalipsis».

La región se caracteriza por una poca fortaleza institucional. En este contexto, se facilita el uso de la religión como una cura para la lucha contra una enfermedad.

Los políticos latinoamericanos que se refugian en la religión para luchar contra el COVID-19

Colombia

En marzo, el presidente Iván Duque hizo un llamado a la Virgen de Chiquinquirá para darle protección a los colombianos frente a la crisis de coronavirus. En aquel entonces (16 de marzo), Colombia registraba poco más de 50 muertos.

México

El presidente López Obrador fue de los primeros en causar polémica con este tema. En su momento, pidió a los mexicanos que cargaran consigo amuletos y estampitas de santos y vírgenes.

Lo anterior, con la intención de frenar el coronavirus. Según el mandatario, los santos funcionan como «escudo protector» contra la pandemia.

Brasil

En el país más grande de Latinoamérica, el lema de Jair Bolsonaro durante su campaña presidencial fue «Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos».

Ser el país más grande le implica también ser el de mayor población de la zona. Por ende, es entendible que sea el país latino con más casos de coronavirus.

Tanto el número de casos como de muertos en el país no se detiene. Sin embargo, Bolsonaro convoca, a petición de las iglesias evangélicas, días de ayuno y oración para liberar a Brasil de la epidemia del coronavirus.

Nicaragua

El presidente Daniel Ortega ha tenido escasas apariciones públicas en abril. Sin embargo, reapareció el día 15 anunciando que el coronavirus era «una señal de Dios» para cambiar el mundo».

Su esposa Rosario, que además es la vicepresidenta del país, es la encargada de las apariciones públicas. Todos los días aparece alentando a la población y llamando a la protección divina o del más allá.

El Gobierno de Nicaragua sigue promoviendo actividades populares que propician aglomeraciones. Allí parece no importar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) exija el distanciamiento social.

Bolivia, El Salvador, Rep. Dominicana y Venezuela también son países en donde sus líderes acuden a la ayuda divina para luchar contra la pandemia.

Estas respuestas religiosas a un problema global sanitario son una muestra más de que la religión sigue gozando de buena salud en América Latina. La fe se mantiene muy presente en el espacio público y político.

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