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Animales en las calles por cuarentena: un fenómeno que invita a replantear el comportamiento humano  

Especies salvajes y silvestres que se pasean libremente por avenidas y conjuntos residenciales mientras los seres humanos están en sus casas, han llevado a biólogos y especialistas a analizar por qué hay que cambiar comportamientos para generar calidad de vida.

Desde que se decretó la cuarentena obligatoria en varios países a causa del aumento de casos de la COVID-19, se han vuelto muy populares en las redes sociales videos de animales silvestres paseando por las calles vacías o especies disfrutando plenamente de los océanos, explorando lo que los humanos llaman ‘su territorio’. Sin embargo, desde el punto de vista de expertos, lo único que están haciendo es volver a su hábitat y reclamar lo que es suyo.

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Teniendo en cuenta que Colombia ocupa el segundo lugar entre los países con mayor biodiversidad en el mundo después de Brasil, donde hay alrededor de 51.330 especies registradas, según datos del SiB Colombia, no es inusual que para esta época los delfines se asomen ante los ojos de decenas de personas o que por las calles circulen zorros cangrejeros, ciervos, zarigüeyas y guacamayas, entre otras especies.

Este fenómeno no es más que la fauna silvestre haciendo lo que más le gusta: explorar. Se trata de aves, pequeños y grandes mamíferos, así como de animales silvestres que siempre han estado ahí, pero ocultos ante los ojos de los seres humanos, a quienes consideran una especie de enemigos por ser causantes de las cosas que más los irritan: el ruido, la contaminación del agua, aire y, en general, los malos hábitos.

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La mayoría de estos animales silvestres no atacan a los seres humanos, a menos que alguien los agreda. Es su instinto de supervivencia. Tampoco es normal que se dejen tocar, pues su comportamiento es esquivar y su reacción va a ser huir o esconderse. Por eso, la mejor recomendación en caso de verlos es dejarlos tranquilos.

Clara Santafé, directora del programa de Biología de la Universidad El Bosque, asegura que no es peligroso para las especies recorrer nuevos territorios, puesto que no están cambiando sus dietas, ni se están sometiendo a temperaturas diferentes a las que están acostumbradas. “Hay más peligro de que nosotros les transmitamos algo a ellos, de que ellos nos transmitan algo a nosotros”, indica la bióloga en diálogo con PUBLIMETRO COLOMBIA, para aclarar también, que los animales silvestres y los domésticos no son transmisores de la COVID-19, ni de otro tipo de enfermedades.

 ¿En dónde radica el problema?

La Organización Mundial para la Salud ha reiterado que no existen pruebas de que los animales de compañía, como los perros y gatos, sean transmisores del coronavirus y aunque este provenga de una extensa familia de virus que es común entre los murciélagos, el problema estaría en las malas prácticas que los humanos tienen con este tipo de animales.

“No hay murciélagos que agredan humanos, ni mucho menos que les chupen sangre. Normalmente atacan ganado y caballos. Cerca de Bogotá, por ejemplo, hay murciélagos insectívoros. Ellos son incapaces de transmitirnos enfermedades, exceptuando que, si los manipulamos vivos y de manera inadecuada, pueden llegar a mordernos y transmitirnos una enfermedad. Esto explica que los animales simplemente están ahí, es el comportamiento de los humanos lo que cambia todo el panorama”, aseguró Santafé.

Los animales más afectados en épocas de cuarentena

Para muchos es todo un espectáculo ver un animal silvestre en esta época, pero hay otro tipo de especies que no pueden ser ignoradas. Según datos arrojados por el Instituto de Protección y Bienestar Animal, en Colombia hay más de 100.000 perros y gatos en situación de abandono y en estos momentos su panorama puede ser desolador.

Con el fin de mitigar este impacto, durante la cuarentena se han creado redes de apoyo virtual para animales domésticos que habitan las calles. Según informó esta entidad, durante el confinamiento, han aumentado las solicitudes de adopción y a la fecha hay 469 inscripciones en Bogotá. Además, está disponible un equipo activo de expertos para atender emergencias veterinarias.

Por instinto de supervivencia, es más fácil que los gatos salgan a cazar para conseguir sus alimentos, así que quienes enfrentan la mayor amenaza son los caninos. Hay otras especies que también se ven afectadas, como es el caso de las palomas que viven aglomeradas en la Plaza de Bolívar, las cuales están acostumbradas a encontrarse con un alto flujo de turistas que las alimentan. Según Nelson Javier Gómez, director del IDPYBA ya se están adelantando labores para garantizar el bienestar de estos animales.

Las especies que habitan en los zoológicos y acuarios del país también se han visto afectadas, pues el cierre obligatorio de estos espacios ha dejado una crisis económica que dificulta alimentar y mantener a los animales que tienen a su cargo. Se estima que en Colombia los zoológicos albergan cerca de 12.000 especies, las cuales no pueden ser liberadas porque son exóticas provenientes de otros continentes o son llevadas a los parques por autoridades ambientales para garantizar su protección.

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