El pasado jueves 20 de febrero, Carmen Rosa Granados recibió un diploma que la certifica como operaria de maquinaria amarilla: minicargadores, retroexcavadores y otras máquinas de uso frecuente en obras de construcción. Se convirtió en la primera mujer excombatiente de las Farc – EP con este título en Colombia, en el marco de un proyecto liderado por la Agencia Nacional para la Reincorporación (ARN).
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En la ceremonia, que se llevó a cabo en un hotel de La Unión (Valle del Cauca), Carmen lució un traje similar al de sus compañeros: camisa blanca de cuello y mangas cortas, pantalón azul y un casco amarillo sobre el que reposaban unas gafas, todo el atuendo que debe usar cuando desarrolle su nueva labor.
Entre las miradas atónitas que quedaron capturadas en las fotos de los graduandos estaba la de ella, en medio de 54 hombres que también lograron el título luego de tres meses de capacitación técnica y académica, y que ahora están certificados por la Asociación de Maquinaria Pesada de Colombia.
“A mí siempre me había llamado la atención esa maquinaria, pero no había podido estudiar porque era muy caro. Además, estando con las Farc era muy difícil. Cuando hicieron la convocatoria a nivel nacional para los excombatientes que se querían formar, yo me inscribí y salí favorecida”, cuenta Carmen con su voz pausada y sus escasas palabras.
De su vida comparte que no tiene hijos, que estuvo 14 años vinculada al grupo guerrillero y que ahora vive en La Paz, antiguo Espacio de Capacitación y Reincorporación (ETCR, conocido como ‘zona veredal’) del Cesar, región de donde es oriunda. Su deseo más grande es encontrar un trabajo que le permita ejercer como operaria de maquinaria amarilla y seguir cumpliendo los sueños lejos de las armas.
“Para todos los excombatientes que estamos comprometidos con el Proceso de Paz ha sido excelente el proyecto de reincorporación. Hemos tenido muchas oportunidades de aprender. Este proceso nos sirve para que los colombianos vean que estamos comprometidos. Estoy muy feliz con mi certificación, esto sirve para un cambio de vida”, añadió la nueva operaria.
El programa de formación hizo parte del Modelo de Entornos Productivos, liderado por la ARN, que busca que personas en reintegración y reincorporación impulsen proyectos de vida y paz en sus territorios. En este caso puntual se tuvo el apoyo de la Asociación de Agricultores del Valle, la Organización Integral para las Migraciones (OIM) y las alcaldías de La Unión y Toro.
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“En el Valle del Cauca tenemos un proceso de reincorporación que va avanzando y que requiere del apoyo de los sectores público y privado. Hay una fuerza empresarial muy fuerte y esperamos que puedan acoger a las personas certificadas para que logren crear procesos sostenibles de generación de ingresos”, dijo Nelson Velandia, director programático de la ARN.
El modelo de entorno productivo bajo la línea de maquinaria amarilla para personas en reincorporación que se ejecutó en el Valle del Cauca fue el primero de este tipo en el país. Según la ARN, hasta la fecha se han implementado otros 18 modelos relacionados con agropecuaria, piscicultura, ganadería, café, turismo, confecciones y porcicultura, que han beneficiado a 899 personas en proceso de reincorporación.
“Los excombatientes con certificaciones en maquinaria amarilla le garantizan a la sociedad que son personas que saben conducir cinco tipo de equipos: pueden trabajar un tractor, un minicargador, un retrocargador, una excavadora de oruga, etc. Se formaron y están preparadas para servirle a la sociedad”, expresó Carlos López, coordinador académico de la Asociación de Operadores de Maquinaria Pesada en Colombia.
Luego de recibir su certificado y estar en la ceremonia de graduación, Carmen regresó al Cesar: “Me inscribí en unas ofertas de empleo en el Valle, vamos a ver si sale algo. Fui la única mujer en el grupo, pero pude estudiar lo que siempre había querido”, confirmó.