Desconocidos asesinaron a un indígena colombiano frente a su esposa e hijo de dos meses de nacido en el convulso departamento del Cauca (suroeste), que desde hace meses vive una ola de violencia por las disputas territoriales entre grupos armados ilegales.
Así lo denunció Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que señaló en un comunicado que Jimmy Alberto Pacue, de 24 años, fue asesinado en un sector conocido como Hacienda Japio, en la carretera que comunica a los municipios de Caloto y Santander de Quilichao, cuando viajaba en una motocicleta con su esposa y su hijo.
Pacue, que vivía en el resguardo de Jambaló, fue abordado por hombres armados que lo asesinaron y luego se robaron la motocicleta.
«Condenamos este nuevo asesinato bajo esta modalidad, situación recurrente en este sector que ha cobrado la vida de muchos ciudadanos en los últimos dos meses. Exhortamos a las autoridades competentes a dar con los responsables, así como determinar medidas eficaces de protección a la población», agregó la información.
Por la oleada de violencia que vive el Cauca, más de 150 guardias indígenas de ese departamento viajaron a Bogotá para sumarse a las manifestaciones contra el Gobierno del presidente Iván Duque, a quien piden medidas para el cese de la violencia en esa región del suroeste de Colombia.
«La minga indígena siempre ha estado en asamblea permanente, en movilizaciones permanentes a raíz de la sistemática violación de derechos humanos que se está viviendo en el Cauca y en las distintas regiones del país», afirmó a Efe el pasado 29 de noviembre la consejera de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Aida Quilcué.
La violencia en el Cauca se ensaña con las comunidades indígenas y a finales de octubre pasado la autoridad neehwe’sx Cristina Bautista y los guardias Asdruval Cayapu, Eliodoro Inscué, José Gerardo Soto y James Wilfredo Soto fueron asesinados por disidencias de las FARC, según el Gobierno, que les dispararon en el caserío de Tacueyó.
A esos homicidios se sumaron los de Alexander Vitonas Casamachin y Jesús Mestizo asesinados por desconocidos que les dispararon en varias oportunidades, ambos casos en zonas rurales de Toribío.
Además de estos siete indígenas, las autoridades encontraron en el caserío de Santa Helena, en el municipio de Corinto, cuatro cadáveres de ingenieros que hacía trabajos de topografía, y otro más en Huasanó, en la localidad de Caloto.
En el Cauca operan disidentes de las FARC, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y bandas criminales que se disputan ese territorio para dedicarlo a cultivos ilícitos de coca y marihuana.