Los glaciares de los Andes, piezas clave para la subsistencia de los ecosistemas de la zona, sufrieron una pérdida de masa generalizada entre 2000 y 2018 debido al calentamiento global. Los glaciares andinos dan cuenta de la crisis climática con severos derretimientos.
La situación es especialmente grave en las zonas centrales, donde su retroceso se aceleró en la última década.
Un grupo de investigadores franceses y argentinos analizaron unas 30.000 imágenes satelitales de toda la cordillera de Los Andes tomadas durante 19 años y observaron que las consecuencias de la crisis climática son palpables en la zona, ya que los glaciares, especialmente en la Patagonia, siguen retrocediendo año tras año, y algunos de ellos cada vez más rápido.
El estudio, publicado en la revista «Nature Geoscience» el 16 de septiembre, dividió en siete -Trópicos interiores, Trópicos exteriores, Andes áridos, Andes centrales, Patagonia norte, Patagonia Sur y Andes fueguinos- las zonas glaciares de la cordillera suramericana, que se extiende desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, y determinó que el adelgazamiento total en promedio es de 13,7 metros por región.
«Esto obviamente está en sintonía con lo que está pasando en otras partes del mundo y tiene que ver con el cambio climático y el calentamiento global específicamente», explicó a Efe Pierre Pitte, uno de los investigadores que participó en el informe.
Los glaciares andinos dan cuenta de la crisis climática con severos derretimientos
Para Pitte, que trabaja en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), los datos más «graves» del trabajo son los del norte patagónico, los Andes centrales y los Andes áridos, áreas situadas en Chile y Argentina.
«En esta región, para los primeros diez años lo que tenemos es un balance prácticamente equilibrado, es decir, que en promedio los glaciares se mantuvieron durante el período 2000-2009, pero después hubo una condición de una sequía muy severa para toda la región y las tasas de adelgazamiento subieron muy rápido», explicó Pitte.
Precisamente, debido al derretimiento de estas masas de hielo y nieve, la sequía en la zona se ha podido paliar, pero el problema a largo plazo sigue latente.
«Por un lado, la contribución de los glaciares está ayudando a mitigar el efecto de la sequía, pero obviamente, a medida que la sequía se mantiene, el volumen de agua almacenada en los glaciares es menor y por lo tanto la posibilidad que van a tener los glaciares de hacer esta contribución en el futuro es mucho menor», detalló el argentino.
EFE